A este post ya se le ha pasasdo el arroz, pero es que si me callo reviento. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero algunas son más que pertinentes.

Andan los trabajadores de Canal 9 buscando el apoyo de la sociedad ante el cierre de la cadena autonómica, su lugar de trabajo. Cientos de personas irán al paro, más los cientos perjudicados por el ERE que se los llevó por delante hace unos meses. Soy de natural partidaria del trabajador en los conflictos laborales, pero es que en este caso me van a perdonar pero no me nace.

Me cuentan para que les apoye que Canal 9 podría haber sido una empresa viable pero que se la han cargado por culpa de la manipulación informativa a la que ha sido sometida, que ha ido perdiendo audiencia y dinero a espuertas con el paso de los años a medida que se degradaba su calidad como canal, que en lugar de ser un medio para la difusión de la cultura y el idioma propios lo han convertido en una herramienta de propaganda al servicio del poder y que no hay derecho. Y todo eso me parece muy bien, pero ¿dónde estaban todos esos que ahora lo denuncian? Colaborando con esa manipulación y esa propaganda, sin decir ni pío. Callados como putas.

A nadie se le pide que sea un héroe, ni que se juegue su puesto de trabajo a la ligera, que hay bocas que alimentar y con las cosas de comer no se juega. Pero ahí están los compañeros de TeleMadrid a quienes podían haber pedido consejo, a quienes podían haber imitado. Los trabajadores de Telemadrid llevan 7 años denunciando la manipulación a la que están siendo sometidos por el gobierno de Esperanza Aguirre. Hemos conocido todos y cada uno de los atropellos del gobierno de la Comunidad de Madrid; hemos sabido del despido de German Yanke por no ser más esperancista que la propia Aguirre; nos hemos enterado incluso quienes estamos lejos de poder sintonizar TeleMadrid de cómo «desde arriba» se han dado órdenes de programar documentales y películas relacionadas con ETA en el aniversario del 11-M; hemos conocido de primera mano cómo se obligaba a los redactores a utilizar imágenes de disturbios en Grecia para ilustrar informaciones sobre la Huelga General. Incluso nos hemos enterado de las preferencias de Sánchez Dragó por los coños jóvenes que no huelen a ácido úrico. Nos hemos cachondeado con campañas del tipo «Espe Jode Lo Que Somos». Hemos perdido la cuenta de las veces que TeleMadrid se ha ido a negro. Y todo nos lo han contado a través de la web «Salvemos Telemadrid«, una página web creada y mantenida por los propios trabajadores del ente donde no se han callado ni una sola de las barbaridades que se han cometido en el canal autonómico, su canal de youtube y su cuenta de twitter con más de 8.000 seguidores. Y llevan 7 años contándonoslo, quien se ha querido enterar de la manipulación en TeleMadrid se ha enterado porque los trabajadores no se han callado nada.

¿Qué estaban haciendo los trabajadores de Canal 9 durante estos últimos 7 años? Estar callados como putas. Hasta que se han visto en la cola del INEM y ahora nos piden ayuda. Después de haber colaborado en la manipulación de la audiencia, después de no haber levantado la voz. Ahora me cuentan no sé qué de la obediencia debida, que se les debería caer la cara de vergüenza de pretender defenderse con un argumento que recuerda a los juicios de Nuremberg. Y me piden ayuda. Me piden apoyo. Me piden colaboración. Salvem Canal 9. Si hasta en 13TV que es privada y de lo más rancio que hay en el dial, la presentadora de uno de sus programas tuvo la valentía de decir en abierto que no estaba de acuerdo con la entradilla que acababa de leer, ¿y vosotros que sois más de 1.000 no tenéis valor para uniros y denunciar todo lo que estaba pasando ahí dentro? Tomaron una decisión: callar y obedecer, y ahora piden ayuda a los mismos a los que han estado manipulando. Un poco tarde, ¿no? Es de adultos hacerse responsable de las propias decisiones.

Y una puta mierda, amigos. ¿Para que siga siendo un instrumento de propaganda y de manipulación pagada con dinero público? ¿Mantener vuestros puestos de trabajo para que nos sigáis manipulando a costa de nuestros impuestos? No, amigos, no. Podéis echarle la culpa al gobierno si queréis pero en el fondo, si os queda un gramo de honestidad en el cuerpo, sabéis que habéis sido cómplices con vuestro silencio y con vuestra colaboración interesada y cobarde. ¿Te preocupaste tú por mí, de no engañarme mientras cobrabas del dinero público? No, ¿verdad? Pues ahora no me vengas a pedir ayuda para seguir mamando mientras me la clavas por la espalda otra vez. Prefiero una televisión pública cerrada antes que una televisión pública manipulada.

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