El interés por conceptos como el amor libre, el poliamor, la anarquía relacional y otras formas de relaciones interpersonales alternativas monogamia de forma consensuada no es nuevo, aunque sí lo es el auge que el fenómeno está alcanzando desde el 2013, a partir de la publicación del libro Ética Promiscua*. Sin ir más lejos, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (de 71 años) lleva practicando una relación libre y honesta con su marido desde hace la friolera de 48 años, pero es ahora cuando lo ha hecho público abiertamente mediante un libro de Maruja Torres.

Es indudable el aumento del interés en el tema y cómo ha evolucionado a lo largo de los años hasta alcanzar su pico máximo en la actualidad.

 

poliamor trends
Google Trends: evolución del volumen de búsquedas del término «poliamor»

También es curioso ver el alcance geográfico y observar los países donde hay un mayor interés en las relaciones no monógamas: Mexico, Brasil y España.

 

poliamor mapa
Google Trends: ubicaciones geográficas donde más se busca el término «poliamor»

Significado de «poliamor»

Pero un momento… ¿qué significa «poliamor»?

Entendemos por poliamor tener más de una relación íntima, amorosa, sexual y duradera de manera simultánea con varias personas, con el pleno consentimiento y conocimiento de todos los involucrados. El individuo que se considera a sí mismo emocionalmente capaz de tales relaciones se define a sí mismo como poliamoroso, a veces abreviado como «poli». Con frecuencia se describe como «no-monogamia consensual, ética, y responsable.»

Las personas que se identifican como poliamorosas típicamente rechazan la visión de que la exclusividad sexual y relacional son necesarias para tener relaciones amorosas profundas, comprometidas y a largo plazo. l sexo no es necesariamente un interés primario en las relaciones poliamorosas, que usualmente consisten en la búsqueda de construcción de relaciones a largo plazo con más de una persona basados en acuerdos mutuos, donde el sexo es solamente un aspecto más en dichas relaciones. Para muchos, estas relaciones se construyen idealmente sobre valores como la confianza, lealtad, la negociación de límites y la compersión, al tiempo que se superan los celos, la posesividad, y se rechazan las normas culturales restrictivas. El término pretende ser incluyente, lo que significa que es un modelo de relación que abarca todas las orientaciones sexuales.

Es importante hacer hincapié en el sentimiento y el conocimiento de todos los involucrados, el poliamor está ligado a grupos e ideologías que favorecen la libertad y preferencia individual en asuntos sexuales, y son valores poliamorosos el respeto, honestidad, comunicación y negociación. De lo contrario no estaríamos hablando de poliamor sino de vulgares cuernos. Utilizar el poliamor para «blanquear cuernos» vía coación, chantaje emocional, engaños y mentiras no es poliamor ni nada que se le parezca.

Otro concepto que me encanta es el de «polifake“.

Polifake son las personas que se acercan al poliamor porque les da una cobertura filosófica, política, ética y guay a la misma mierda de siempre: ir a su bola y sembrando cadáveres a su paso. Se les distingue porque ponen especial énfasis en algunos términos relacionados con el poliamor, pero nunca ponen el acento en otros. Adoran hablar de “amor libre“, “amor sin obligaciones” y “sexo a tutiplén” pero olvidan que, para que esto se convierta en algo nuevo, para que realmente tenga materia que reivindicar, a todos estos términos hay que añadir la honestidad, la sinceridad y el cuidado de las personas con las que te relacionas aunque sea esporádicamente. De lo contrario, es lo que se ha hecho toda la vida: poner cuernos, engañar, mentir, herir… el perfecto “mentir, follar, morir” de Celine.

(…) «seres que no pueden establecer una relación sana y, por tanto, establecen cinco enfermizas“. A la práctica, poliamorosos que le ponen los cuernos a sus parejas (por kafkiano que suene), polys que no aceptan que les dejen y se vuelven acosadores, polys que manipulan y ponen en peligro las demás relaciones de sus parejas….

El poliamor como la última trinchera del patriarcado. Es que no sé ni de qué me sorprendo.

También conviene señalar que la poligamia NO es un tipo de poliamor porque en ella el hombre se casa con varias mujeres: el hombre es el dominante en la relación y por lo tanto los términos de igualdad y amor libre no son compatibles.

1as jornadas Amors Plurals sobre poliamor, anarquismo relacional y otras formas de alternativas a la monogamia

Y todo esto, ¿a qué viene?

Viene a que este fin de semana he asistido a las primeras jornadas de Amors Plurals sobre poliamor, anarquismo relacional y otras formas de relaciones alternativas a la monogamia, y quería contaros la experiencia.

Aprovecho para comentaros que en Locas Del Coño estamos montando un pequeño consultorio poliamoroso donde en breve podréis plantear vuestras dudas y que podamos responderlas (en la medida de lo posible).

 

cartell_jornades_corregit-3-diminut
Programa de las 1as Jornadas Amors Plurals

Proyección de la película Lutine

Las jornadas empezaron el sábado con la proyección de la película Lutine en el casal Lambda. Lutine es un mockumentary de factura francesa, a medio camino entre el documental y la ficción. Es la historia de una directora y guionista que quiere rodar una película de ficción sobre el poliamor, y para ello utiliza su propia experiencia personal adentrándose en este tipo de relaciones, no únicamente mediante las entrevistas a personas que han abrazado la monogamia, sino también experimentando por sí misma en la piel de la actriz que encarna en su propia película-ficción y poniendo así a prueba su propia relación. El producto final es una película a caballo entre el documental y la ficción con tres lecturas superpuestas. Confieso que al principio cuesta introducirse en la película, pero cuando pillas el juego y te introduces en el ritmo, plantea una dinámica muy interesante.

Una vez que te adentras en la historia, Lutine es una muy buena película para introducir a aquellas personas interesadas en el tema del poliamor en distintas vertientes: de pareja, tratando temas como la honestidad o los celos; familiares, por lo que respecta básicamente a los hijos y a los padres, cómo les afecta a todos, y cómo afecta a los propios implicados en la relación la manera en que les afecta a sus seres queridos la forma en que gestionan su relación, en un intercambio de impresiones bidireccional muy interesante.

La asistencia pulverizó las previsiones de la organización. 5 minutos antes del inicio previsto de la proyección, en la sala del Casal Lambda no cabía un alfiler, y las que llegamos tarde como yo nos vimos que no pudimos entrar. Las otras localcoños que llegaron antes que yo sí encontraron sitio y supongo que en breve habrá reseña de Lidia y Sara. Más de 20 personas se quedaron sin verla, y es por eso que está previsto un nuevo pase con la participación de la directora, aunque todavía no hay fecha ni esté nada cerrado.

Total, que con un USB y un portátil acabamos montándonos el cine-forum por nuestra cuenta en casa de una de las organizadoras con unas 15 personas de diferentes edades, ideologías, géneros, orientaciones sexuales y quien sabe qué más.

 

cineforum

 

Allí estaba yo con todo mi arsenal de privilegios de género, raza y orientación sexual, sin dejarme ni uno: hetera, monógama, hasta hace 10 minutos una respetable señora casada… Vamos, el kit completo de la heteronormatividad, dispuesta a escuchar, preguntar un montón y aprender. Porque aunque nos encante hablar, creamos que nuestra opinión es súper importante y que cuando hablamos el mundo entero debería pararse a escuchar, aunque nos enamore el sonido de nuestra propia voz… hay veces en que ganas mucho más cuando cierras el pico, dejas hablar a quien sabe de lo que habla, y escuchas con atención. Os sorprendería lo que se aprende cuando no crees estar en posesión de la verdad. 5/5, os lo recomiendo.

Jornada del domingo en Can Masdeu

El domingo, las jornadas se trasladaron al Casal Social Autogestionado de Can Masdéu, a los pies de Collserola. Por desgracia no pude ir a las ponencias de por la mañana eque tenían pinta de ser muy interesantes: por un lado una introducción teórica al poliamor, la anarquía relacional y diversas alternativas a la monogamia que, para alguien que carece de base teórica y argumental como yo, es básico. Y por otro lado una ponencia muy práctica llamada «Conociéndonos» en la que el protagonismo fue para diferentes personas que actualmente mantienen relaciones poliamorosas de larga duración, una charla en la que pudieron explicar sus diferentes modelos, cómo gestionan los problemas que van surgiendo a lo largo de la relación, etc. Yo llegué hacia el final de esta charla, y la verdad es que es una lástima haberme perdido casi todas las intervenciones.

Por la tarde, las charlas fueron más de batalla argumental, de teoría queer, filosofía y sociología.

Bajo mi punto de vista, la ponencia de Natalia, del colectivo Enrenou sobre plurisexualidad y no monogamia fue una de las más potentes. Una de las cosas que dijo y que me viene picando desde entonces por mucho que me rasque es el tema de cómo se considera a las personas bisexuales: inmaduras. Se considera a quienes eligen la plurisexualidad y la no monogamia como personas en un estado de inmadurez porque aún no han sabido escoger, aún no se han decidido por uno de los dos géneros o porque aún no han encontrado a la persona adecuada. Se les considera personas confundidas, que cambian de orientación sexual cuando cambian de pareja para estar con una persona de otro género.

En definitiva, se etiqueta a las personas bisexuales bajo una serie de estereotipos que van desde la promiscuidad y al no saber escoger, hasta ser consideradas personas inestables o que están confundidas. Y se pregunta Natalia: ¿y por qué eso es malo? ¿Por qué no pueden tener derecho a ser personas promiscuas, inestables y confusas, si así lo desean? De hecho, existe en el colectivo bisexual una presión por encajar, por negar todas estas etiquetas que se identifican con la buena y la mala bisexual. La buena bisexual es la que cumple con el ideal heteronormativo: pareja estable sea del género que sea, monógama, etc. Mientras que la no monogamia se asocia a valores como la promiscuidad, el vicio y el exceso.

  • Una persona soltera se asocia a la idea de persona deprimida
  • Una pareja es el ideal romántico de la media naranja
  • Y más de una pareja: ¡hey, te estás pasando! De igual modo, si te atrae más de un género, ¡hey, te estás pasando!

Natalia reivindica su derecho a presentarse como lo que es: «hola, soy bisexual, no soy monógama y no soy NORMAL«.

 

amors plurals

También me resultó muy interesante la ponencia de Elisenda (en la foto, con jersey azul) en la que hablaba sobre la difícil relación entre maternidad y activismo poliamoroso. Dos cosas me impactaron especialmente de su intervención y me hicieron reflexionar. La primera es cómo la monogamia es un mecanismo de protección para las mujeres en un mundo patriarcal. La monogamia solo se puede romper poniéndote en riesgo a ti misma, y en el momento en que lo haces puedes ser muy fácilmente presa de los «depredadores» que creen que ser monógama implica irte a la cama con todos solo porque ellos lo deseen.

 

Captura de pantalla 2015-12-14 a las 22.00.17

 

Mientras que a nivel familiar comentó también que ni sus hijos ni nadie que ella conozca ha sufrido bullying en el colegio, desmitificando esa misma idea que las parejas gays llevan escuchando machaconamente desde que se aprobó la ley que permite adoptar a parejas homosexuales. Y a la vez que en el colegio, dado que no es allí donde ella hace activismo, la gente leen lo que quiere ver: una estructura de familia nuclear tradicional, y no tiene que dar explicaciones a nadie de nada. En cambio, a quien sí tiene miedo es a las instituciones. A la barrera de los derechos para aquella persona o personas de la relación que tengan implicación profunda en la crianza de los hijos e hijas pero que no tenga el reconocimiento legal de progenitor. Esa persona no tiene ningún tipo de derechos actualmente, y es a esa circunstancia, a la discriminación de las instituciones, lo que ella teme.

natalia enrenou

 

La charla de Roma (a la izquierda de Natalia, con camiseta negra y los brazos cruzados), también fue impactante. La parte que más me gustó fue cuando habló sobre cuidados: sobre todas esas tareas que la sociedad ha delegado en las mujeres y que no se reconocen porque se supone que hacemos «por amor». Sobre cómo nos empujan a sentir culpa por cosas que no nos corresponden a nosotras.

¿Realmente necesitamos tantas etiquetas?

También da para reflexionar el debate surgido sobre la necesidad de las etiquetas. Mientras que por un lado estamos de acuerdo en que  las etiquetas ponen el acento en aquello que nos separa, y en que desearíamos vivir en un mundo en el que las etiquetas no fuesen necesarias por no reflejar las discriminaciones existentes, por otro lado Elisiène nos contaba que ella al ser de una generación anterior creció en un mundo donde había pocas etiquetas… y no se identificaba con ninguna. La ventaja de que tengamos múltiples etiquetas para definir realidades diversas es que puedes elegirlas y ponértelas si las necesitas.

Hubo quien protestó por la abundancia términos confusos como pansexual o plurisexual, cuya diferencia parece ser únicamente de matiz. Hay quien afirma no necesitar etiquetas porque no necesita definirse en un mundo cambiante y con una identidad en permanente evolución, y en cambio Natalia y Roma sostienen que el discurso antietiquetas invisibiliza la diferencia e impone la norma.

Hubo quien se quejó de necesitar un diccionario para entendernos, a lo que Roma acertadamente contestó que eso es poner el problema en la otra persona, en quien necesita la etiqueta para definirse, en quien ha cambiado u ocultado parte de su identidad porque no sabía que eso estaba bien o no entendía que tenía derecho a a esa parte de su identidad sin tener que esconderse o avergonzarse por ello.

¿Por qué es importante lo que piensa la gente?

Por último, terminamos el debate con una pregunta que planteé yo, desde mi atalaya del privilegio heterosexual y monógamo: ¿por qué es importante lo que piense la gente? ¿Por qué es importante que gente que nos importa una mierda nos reconozca parte de nuestra identidad que, de otro modo, salvo que lo visibilicemos activamente, quedaría oculta? ¿Por qué es importante que una pareja de chicas que tienen una relación lésbica sean leídas como bisexuales? ¿Realmente es tan importante remarcar esa diferencia? Con las respuestas que recibí podría escribir un post entero, pero las resumiré muy brevemente:

– Es importante visibilizar para incluir en la norma, entre el catálogo de lo socialmente aceptado, situaciones que actualmente se salen de la norma o están en los márgenes de la misma. Saber que esas personas que sienten y se identifican de determinada manera, diferentes de la heteronormatividad monógama, no tienen que pedir permiso para ser, sentir, identificarse y vivir como quieren hacerlo. Siempre que hablemos de relaciones entre adultos y de forma consensuada-

– Es importante visibilizar por quienes sienten diferente, pero también por quien está dentro de la norma. La invisibilización restringe el rango de prácticas que puedes realizar por desconocimiento, vergüenza o incluso miedo al estigma.

– Es importante visibilizar por las consecuencias a nivel personal que ocultar o negar una parte de tu identidad tiene para tu propia salud: ansiedad, depresión, incluso suicidios.

– Y, por último pero no menos importante, es importante visibilizar todas las relaciones que se salen de la norma, del canon socialmente aceptado, porque esas formas de relación caracen de derechos a nivel institucional.

Primero se logró el matrimonio por lo civil, al margen de la Iglesia (recordemos que hace tan solo unas décadas en España no era posible casarse por lo civil) y el divorcio. Después fue posible el matrimonio igualitario para que parejas del mismo género pudieran oficializar su relación a nivel institucional de pleno derecho. No me cabe ninguna duda de que en los próximos años veremos surgir con fuerza el matrimonio poliamoroso. Y mientras tanto yo, desde mi pedestal de privilegiada divorciada, me pregunto: ¿cuándo vamos a empezar a plantearnos abolir la institución matrimonial?

* Gracias a Golfxs con Principios por la referencia 🙂

3 comentarios

  1. Hola,Jéssica. Lo de google trends pot portar a confusio. Els resultats son segurament només per la paraula Poliamor, la qual cosa no donaidea real de l’interes a nivell global. Si poses polyamory o els seus corresponents en francès, alemany, etc els resultats serien molt diferents.

Los comentarios están cerrados.