«Hola loca feminazi odiahombres. ¿Quieres ser mi amiga?»

Esta tarde he recibido la enésima solicitud de amistad totalmente incomprensible (para mí) a través de Facebook. Me ahorraré el nombre, da igual, es uno de muchos. Lo importante es que se trata de un tipo que publica este tipo de cosas:

Un tío que comparte imágenes sobre los pobres hombres denunciados por maltrato que no tienen presunción de inocencia, las malvadas mujeres que denuncian en falso, lo malísimas que somos las feminazis que no respetamos ni a los reyes magos en nuestra locura antihombres, los malvados jueces que aplican leyes hembristas y mandan a la cárcel a inocentes, el holocausto de hombres obligados al suicidio por las malas pécoras de sus exmujeres que tienen la poca vergüenza de pedirles el divorcio… En fin, una joya. Un #EXISTEN de manual. Solicitudes de amistad de estos tíos me llegan varias al mes, y no sé qué pretenden conseguir.

NI DE PUTA COÑA consentiría que una persona así tuviera acceso a información sobre mí o sobre mis amigos, sobra decir que no he aceptado su solicitud y que le he bloqueado. Además tenemos amigas comunes y las he avisado, no sé qué hacen ellas con un tipo así entre sus contactos pero en fin, ellas sabrán. Yo con gente que manipula información en temas tan sensibles como el maltrato cuando no mienten descaradamente, que se inventan historias de mujeres maltratadas para fingir que las víctimas les apoyan, que se mean en las mujeres asesinadas, que acosan a mujeres supervivientes… yo con gente así no quiero compartir ni la wifi.

A este tío en concreto no le conozco, y si le conociera os puedo asegurar que hace mucho tiempo que no sería amigo mío. Hace tiempo que decidí eliminar de mi circulo cercano a todos aquellos que manifestaran actitudes tóxicas. Hice limpieza y ahora vivo un una burbuja de amor <3. A intervalos random aparece por las redes alguien de GenMad que se empeña en querer tomarse un café conmigo y contarme su vida. No es que no tenga ningún interés (que no lo tengo): es que a gente así no me acerco sin escolta a menos de 500 metros ni jarta güisqui.

¿Qué soy una intolerante? Pues vale, sí, probablemente. No tolero actitudes machistas, violentas, racistas, homófobas o que amparen a maltratadores, y menos aún entre mis amigos. Les quiero y les tolero cosas que no necesariamente comparto, igual que mis amigos vegetarianos/veganos me toleran a mí que coma animales pese a que sé que les repele. Pero hay cosas que están por debajo de mi umbral de tolerancia, y el racismo, la homofobia y el tener actitudes que fomenten la violencia de género son 3 de ellas que me han llevado a dejar fuera de mi vida a personas por quienes sentía un sincero aprecio y que en un momento dado me decepcionaron en alguno de los temas en los que para mí no hay vuelta atrás.

Por salud, por higiene y porque este tipo de perfiles me parecen peligrosos. Cuando más lejos mejor. Podemos hacer mucha broma sobre las malvadas feminazis odiahombres amputapenes, pero todos sabéis que el feminismo nunca ha matado a nadie. Estos tipos se están llevando por delante a dos mujeres cada semana. Cuanto más lejos mejor.

Lo que me pregunto es qué lleva a una persona así a enviarme una petición de amistad. Obviamente él de mí no va a aprender nada a estas alturas, y a mí no me interesa lo más mínimo nada de lo que me pueda contar alguien que viene con esta actitud.

Misandrógina incurable lo describe a la perfección:

A ver, seriously, me aburre soberanamente que nos cuelguen la chapita de “esa-es-la-feminista-voy-a-contarle-toda-la-mierda-que-tengo-dentro-y-a-ayudarla-para-que-no-se-cargue-el-blog.que-antes-molaba”. Es como si por fin tuviesen la oportunidad de dar con una de esas loquers a las que tanta basura se les echa encima siempre, les entrase mazo emoción y decidieran acercarse para contarnos sus problemas, problemas de hombres violentamente afectados por el feminismo, dispuestos a darnos soluciones.

Es curioso esto coleguis, siempre tienen soluciones y propuestas para nosotras pero nunca me han venido a contar qué se les ha ocurrido para restarle poder a sus pollas. Joder troncos que no es mirar para fuera que es mirar para dentro!!

No sé cómo de cordial y educada debería de ser ante estas situaciones y tampoco sé qué entra dentro de estos parámetros pero JODER me encantaría no tragarme ninguno de esos discursitos pedantes y repetitivos porque sencillamente no me interesan porque no me aportan na de na. Quisiera no tener que sonreír ni ser dulce. No dar espacio a esas discusiones. ODIO que me digan, “contigo se puede hablar, pero es que hay otras que…” Otras que qué???? Que tienen un coño así de grande y no les sale de las tetas volver a escuchar la misma vaina de siempre, ¿no? Hay otras que os incomodan, que os molestan, que por fin os callan, que ya os toca escuchar más y molestar menos, coño.

Además, es que me empieza a dar un poco por saco la idea de que tenemos que ser pedagógicas 24/7 porque si no le hacemos un «flaco favor» al feminismo. ¿Pedagógica? OLRAIT. Mira, verás, te explico: es que yo las clases de formación las cobro. En el blog escribo por gusto, en Twitter por vicio y en Facebook porque me sale del coño, pero esta obligación que me (nos) habéis impuesto de mantener siempre una actitud conciliadora y pedagógica, ¿con quién la habéis pactado? ¿Dónde está escrito que yo (o tú, o cualquiera de nosotras) tengamos la obligación de aguantar a pesados y trolls que se nos acercan por cientos porque si una feminista usa el sarcasmo o la ironía le hace un flaco favor al feminismo, porque Not All Men pero Yes All Feminist? Que me tenéis hasta el coño y ya no sé cómo deciros que no os aguanto, que os vayáis a comerle la oreja a otra a quien le interesen vuestras mierdas.