Me pide el abogado José Luis Sariego bajo amenaza de denuncia #PorLoPenal que rectifique el post que publiqué ayer. En un par de cosas tiene razón y no proceden, como por ejemplo la alusión a su vida sentimental, y las he eliminado del post. En cuanto a otras, a lo que me ha llevado es a tener que buscar documentación que pruebe lo que digo y si acaso matizar alguna frase redactándola de una forma más precisa que no dé lugar a confusiones o malas interpretaciones.

No me escondo, voy de frente y no miento. A diferencia de quienes nos acosan a diario, yo doy la cara mientras ellos se esconden en multitud de perfiles anónimos para poder insultarnos creyéndose impunes. La manera de parar esto es muy sencilla: dejen de acosarme y se acabó la polémica. Lo he pedido por las buenas en repetidas ocasiones y no ha servido de nada. No me dejan otra opción que tomar medidas más drásticas. Si ellos desisten en su acoso y se olvidan de mi nombre, yo no volveré a mencionarles. Si ellos persisten en su actitud de coaccionarme para coartar mi libertad de expresión, tendré que utilizar los recursos legales a mi alcance para protegerme. Es así de sencillo. Si me atacan, me defiendo; si me dejan en paz, sigo con mis cosas sin mencionarles.

Coacciones a mi libertad de expresión
Coacciones a mi libertad de expresión

Y ya si dejan de acosar a todas las compañeras que lo único que hacen es expresar su opinión en redes sociales, mucho mejor. Porque el anonimato en redes sociales no es más que una ilusión, y tarde o temprano habrá otra también dispuesta a pararles los pies. Y luego otra. Y otra. Y otra más.

Creen que coaccionándome hasta lograr callarme van a obtener una victoria y no pueden estar más equivocados. Nunca como hoy tuvo tanto poder la consigna #NoEstasSola.

Autora: Amanda Charchian
Autora: Amanda Charchian

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