Virginie Despentes explica que cuando tenía unos treinta años dejó la bebida y se fue a consultar a diferentes psicólogos, magos, sanadores que no tenían nada que ver uno con el otro, pero todos coincidían en algo: eran hombres y le decían que sería necesario que se reconciliara con su feminidad. Durante mucho tiempo se estuvo preguntando: ¿Qué es eso de la feminidad? Y acabó llegando a la siguiente conclusión:

«La feminidad: puta hipocresía. El arte de ser servil. Podemos llamarlo seducción y hacer de ello un asunto de glamour. Pero en pocos casos se trata de un deporte de alto nivel. En general, se trata simplemente de acostumbrarse a comportarse como alguien inferior. Entrar en una habitación, mirar a ver si hay hombres y querer gustarles. No hablar demasiado alto, no expresarse en un tono demasiado autoritario, no hablar de dinero. No querer tomar el poder. No querer ocupar un puesto de autoridad. No buscar el prestigio. No reírse demasiado fuerte. No ser demasiado graciosa. Gustar a los hombres es un arte complicado, que exige que borremos todo aquello que tiene ver con el dominio de la potencia. […] Estar acomplejada he ahí algo femenino, eclipsada. Escuchar bien lo que te dicen. No brillar por tu inteligencia. Tener la cultura justa para poder entender lo que un guaperas tiene que contarte. Charlar es femenino. Todo lo que no deja huella. Todo lo doméstico se vuelve a hacer cada día. No lleva nombre. Ni los grandes discursos, ni los grandes libros ni las grandes cosas. Las cosas pequeñas, las monadas. Femeninas. Pero beber: viril. Tener amigos: viril. Hacer el payaso: viril. Ganar mucha pasta: viril. Tener un coche: viril. Andar como te dé la gana: viril. Querer follar con mucha gente: viril. Responder con brutalidad a algo que te amenaza: viril. No perder el tiempo en arreglarse por las mañanas: viril. Llevar ropa práctica: viril. Todas las cosas divertidas son viriles, todo lo que hace que ganes terreno es viril. Eso no ha cambiado tanto en cuarenta años.» [Teoría king kong – Virginie Despentes]

Este texto nos parece tan gráfico y una se siente tan identificada con él que no puede más que reírse al darse cuenta de cuán real es lo que describe la autora. Esta sociedad dicotomiza, clasifica categóricamente los seres entre hombres y mujeres y de ahí se derivan una serie de consecuencias y actitudes. Algo que, hoy en día, se sabe que es mucho más complejo y no resulta real.

MIREIA DARDER, extracto del libro Nacidas para el placer. Instinto y sexualidad en la mujer (Ed. Rigden-Institut Gestalt)

 

teoría king kong portada