Crean una cuenta fake fingiendo ser yo, con mi nombre y mi foto, y la ponen a decir chorradas. Hacen captura y lo guardan. Por supuesto, Twitter suspende esa cuenta en cuestión de horas, pero al día siguiente las capturas empiezan a circular. Primero en una cuenta FAKE creada para decir tonterías que desprestigian el feminismo con varios miles de seguidores, después en forocoches.

 

Me dicen por el pinganillo que la captura de la cuenta FAKE «la están publicando en todas las páginas». El acosito se os va de las manos

 

 

Me ponen una denuncia estúpida por publicar una felicitación de boda con una foto que me había pasado la propia interesada. Una denuncia que por supuesto no llega a ninguna parte. ¿Y qué hacen con ese papelito? El juez limpiarse el culo, pero ellos escanearlo y subirlo a Twitter para desprestigiar mi imagen. ¿Y en qué degenera todo? Judicial y policialmente en nada, pero ahora resulta que me han denunciado por «más o menos difundir pornografia infantil».

 

 

Publican conversaciones privadas mías convenientemente recortadas. Han intentado acceder varias veces a mi cuenta de correo, de facebook, de twitter. Han difundido mi teléfono y mi dirección por varios foros. Me han metido en grupos de telegram con cientos de personas. Han animado a llamar a la radio «para desenmascarar a esta feminazi«. Crean docenas de cuentas únicamente destinadas a insultarme. Me hacen una entrevista sobre el acoso que sufrimos y automáticamente los comentarios se llenan de gente insultándome y abren hilos en forocoches haciendo un llamamiento a acosarme porque cómo puedo tener la poca vergüenza de inventarme que me acosan.

Se organizan cientos, quizá miles, para reportarnos y que nos cierren la página de Facebook. Mi perfil de facebook lo han cerrado dos veces en una semana por los reportes que me hicieron de no estar usando mi nombre real (¿hola?). Todavía no hemos avisado nosotras de que la página vuelve a estar online, y los grupos que nos acosan ya están enterados. ¡Menudo marcaje! ¿Es cosa mía o se comportan como niños jugando a romper el juguete de otro niño?

 

 

Tengo una duda: si realmente soy una feminazi misándrica odiahombres… ¿para qué hace falta inventarse una cuenta fake y ponerla a decir estupideces con mi nombre y mi foto? Si mi cuenta está llena de estupideces aún más incoherentes, ¿para qué inventarse una cuenta falsa y ponerla a decir chorradas fingiendo ser yo? ¿Para qué fundirnos a reportes para que me cierren el perfil y la página de facebook? ¿Para qué tumbarnos la web de Locas del Coño? ¿Para qué inventarse una denuncia por un delito falso y ponerla a circular por redes sociales para desprestigiar mi imagen?

 

Suplantación de identidad, difusión de información privada, denuncia falsa, difamación… El acosito estas navidades se os ha ido un poco de las manos.

Siempre he pensado, y lo sigo pensando, que soy una persona bastante insignificante. No entiendo a santo de qué hay tanta gente con una fijación enfermiza conmigo. Soy una empleada mileurista, no tengo columna en ningún medio de comunicación con cientos de miles de lectores,, no tengo responsabilidad política en ningún partido, no soy representante de ninguna asociación, ni pertenezco a ningún colectivo, no dirijo ni soy portavoz de ningún observatorio, no he sido elegida representante de nada por ningún partido político… Y sin embargo recibo un nivel de odio que me resulta extravagante. Ni siquiera cuando trabajaba para el PSC recibí un nivel de violencia parecido, y eso que sé lo que es ir a trabajar con miedo en un pueblo pequeño, y que todavía les tengo guardadas la gentuza de las agrupaciones locales de Convergencia y de Iniciativa las guarradas que me hicieron. Pero este odio, este acoso que no cesa, este nivel de violencia, me resulta increíble.

Empiezo a pensar que algo debo estar haciendo más o menos bien para tocarle los cojones a esta gentuza para que me tengan tanto odio y se tomen tantas molestias para arrastrar mi imagen por el suelo.

Autora: Loui Jover
Autora: Loui Jover