Toda violencia es violencia. Para rechazar y condenar la violencia no hacen falta adjetivos.

Correcto.

Pero para analizarla, comprender sus causas sistémicas y sus características concretas, desarrollar los instrumentos adecuados para combatir cada tipología de violencia y alcanzar el objetivo de erradicarla para vivir en una sociedad libre de violencias… para eso sí hacen falta adjetivos que describan cada tipo de violencia.

La postura que sostiene que “todas las violencias son iguales” y que no hay razones estructurales sino que es obra de “cuatro locos” no contribuye a erradicar ninguna: tan solo es un intento mal disimulado de restar importancia a la visualización de aquellas violencias concretas que os hacen sentir incómodos.

Si pica, cura.

Artista: Yossi Kotler

Para aquellas personas que estén verdaderamente interesadas en el fenómeno de la violencia, un buen punto de partida es el libro colaborativo “Reflexiones sobre la violencia”, del Instituto Centro Reina Sofía, que recopila 25 textos abordando los diferentes tipos de violencia existentes desde una perspectiva científica e interdisciplinar, exponiendo causas, características, consecuencias y formas de abordar cada una de ellas : violencia de género, intrafamiliar, contra la infancia, contra progenitores, contra personas dependientes y mayores, violencia en la escuela y acoso escolar, violencia juvenil, terrorismo, la relación entre violencia y cultura, religión y medios de comunicación… Un compendio muy interesante como guía introductora para quienes se interesen por el tema. Quienes sigan aferrándose al tranquilizador mantra de “toda violencia es violencia” para no cuestionarse absolutamente nada del mundo en que vivimos, no encontrarán aquí nada que les saque de su pereza intelectual, me temo.

Un comentario

  1. No, en mi opinión no todas las violencias son iguales.
    Porque, en mi acervo, iguales significa que dos o más cosas que tienen entidad diferenciada, resultan indistinguibles. Seguramente no sea la acepción de la RAE, pero lo cierto es que me importa un comino que mi acepción no sea igual que la de una asociación despótica-nodemocrática.

    En dicho esto, las personas no somos iguales. Sí, considero que debemos ser iguales en derechos y oportunidades, pero aún ni siquiera en el caso de mellizes he conocido aún a dos personas [vivas] que sean indistinguibles.
    Y con la violencia, pues digo igual. Ejercer violencia por mor del yugo sexista, en mi opinión, no es lo mismo que ejercerla por cuestión de ideología sociopolítica, religiosa, etc. El resultado físico puede parecer similar -una vida truncada, llámese por maltratos, torturas o muerte-, pero lo que queda alrededor no es/no suele ser lo mismo en uno u otro caso.

    ¿Estoy hilando muy fino, cogiéndome con papel de fumar «el tema léxico»? Tal y como yo lo veo, en el uso del lenguaje nos van muchos de nuestros conflictos. Y si necesita de pronombres y titulitis, la neurolingüística le dará un listado sinfín.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.