Esta entrada es un ejercicio para la asignatura de Sociopsicología del trabajo sobre trabajo productivo, trabajo reproductivo, y cómo interseccionan los factores de clase, género y etnicidad en la reproducción social de la desigualdad.

Contexto: artículo “Crece durante la pandemia el número de ‘ninis’ en España” (Europa Press, 2020)

El artículo referenciado da cuenta de una serie de desestandarizaciones del mercado laboral que se han visto acentuadas por la pandemia pero que tenían un largo arraigo en nuestro mercado laboral. Así, hablamos de la desestandarización contractual que supone el autoempleo (mucho de él en fraude de ley mediante la figura del falso autónomo, o autónomo dependiente) como una forma de eludir la desestandarización temporal que suponen los contratos temporales fraudulentos o la contratación ilegal a media jornada cuando el trabajo efectivo es a jornada completa, el empleo mal remunerado o por debajo de convenio o un fenómeno que también es endémico en el mercado laboral español: la sobrecualificación, especialmente en el colectivo joven.

La precariedad laboral, la seguridad de un futuro incierto, el haber sido socializados en lo que Ulrich Bech denominó “la sociedad del riesgo” (Beck, 1998), limita enormemente las opciones disponibles para la actual generación de menores de 30 años. Cuando, en palabras del doctor Josep M. Blach, “el riesgo tiene un carácter social, normal, estructural, global” (Blach, 2019), en una sociedad con un 30% de empleo precario y sin derechos (también llamado “trabajo remunerado no estándar”), y una tasa de paro que supera con facilidad otro 30%, es lógico que busquemos alternativas para poder construir nuestros proyectos vitales. Y ante la precariedad laboral, el autoempleo surge como una posible vía de escape.

Los factores que explican el auge del autoempleo como alternativa son de tipo económico, político y sociocultural:

  1. Factores económicos: la creciente desindustrialización que ha sufrido España en el contexto de su integración en la Unión Europea ha convertido nuestra economía prácticamente en un monocultivo del sector servicios, con un bajo nivel de productividad (Peña, 2013), escaso valor añadido, uso intensivo de mano obra poco cualificada, externalización con el fin de reducir costes laborales y unos niveles de desempleo que doblan sistemáticamente la media de la Unión Europea, tanto en periodos expansivos como en tiempos de crisis.
  2. Factores políticos: las políticas laborales orientadas a reducir la conflictividad laboral por la vía de desactivar el poder de negociación de los sindicatos en las sucesivas reformas laborales (Otaegui Jáuregui, 2014) favoreciendo el descuelgue de los convenios colectivos, la desregulación y la incertidumbre laboral que lleva aparejada. De este modo se ha pretendido reducir la tasa de desempleo y fomentar la contratación, aunque fuese mediante el abuso de contratos precarios y mal pagados, dando origen al fenómeno de los trabajadores pobres que ha denunciado la ONG Acción Contra el Hambre.
  3. Socioculturales: empujados por la precariedad, los bajos salarios, el desempleo y la incertidumbre en el futuro, el trabajo pierde valor como identidad y lo gana como elemento que posibilita el consumo, que es el valor definitorio de la identidad en las sociedades posmodernas. Se ha institucionalizado hasta tal punto el empleo precario que desde el poder económico han convertido el trabajo en un valor en decadencia que ya no sirve para definir nuestra identidad. Cuando lo que caracteriza el empleo es la inestabilidad, resulta lógico y coherente que la autoconfianza se convierta en un valor en alza; cuando desde el poder (político, económico y mediático) se debilitan las bases de la negociación colectiva (Otaegui Jáuregui, 2014), el individualismo se percibe como la única salida. Frente a la desaparición simbólica de la figura del “jefe” por las múltiples modalidades de desestandarización, “conviértete en tu propio jefe” implica el reencuentro de una cierta seguridad perdida. Al fin y al cabo, lo único estable en nuestra propia vida somos nosotros mismos.

Entre los factores socioculturales, no quiero dejar pasar desde una perspectiva socioconstruccionista cómo el lenguaje condiciona la percepción y cómo los medios de comunicación se encargan de repetir, una vez más, el mismo mensaje promovido desde el poder económico desde la anterior crisis de 2008: emprende. Ya en 2008-2010 la filosofía del discurso emprendedor como única alternativa frente a la crisis llevó a la ruina a miles de personas que capitalizaron el paro para emprender su propio negocio sin preparación, ni habilidades, ni aptitudes ni conocimientos. Gente que perdió la escasa protección social que tenía y a quienes se puede culpar individualmente del fracaso de sus proyectos empresariales, obviando los factores estructurales que les condujeron a esa situación, y engordando así el ejército del precariado con una situación económica límite, deseosos de volver a la protección del trabajo por cuenta ajena a cambio de unas condiciones económicas y laborales mucho peores que las que tenían antes de la crisis.

Todo lo anterior explica el auge del autoempleo como forma de supervivencia en un mercado laboral roto, pero no el abandono prematuro de los estudios. Uno de los trabajos clásicos sobre la intersección entre clase social, éxito académico y mundo laboral es la etnografía de Paul Willis “Aprendiendo a trabajar: Cómo los chicos de clase obrera consiguen trabajos de clase obrera” (2017), un extenso trabajo de campo llevado a cabo en escuelas de secundaria de Inglaterra y Gales, en el que detalla cómo los factores culturales de las distintas clases sociales operan también en la decisión de seguir estudiando o no hacerlo. En ese sentido, Willis describe cómo la cultura de la escuela se adapta mejor a los valores dominantes en las clases sociales acomodadas, que priorizan el estatus futuro, el esfuerzo intelectual y el sacrificio actual con obtención de resultados a largo plazo, mientras que las clases trabajadoras por su parte priorizan el esfuerzo físico como un signo de masculinidad, y el estatus está relacionado con la obtención de ingresos a corto plazo, de ahí que mientras los hijos de familias acomodadas eligen estudios con proyección de futuro, los hijos de orígenes obreros abandonen prematuramente los estudios eligiendo profesiones que requieren poca cualificación, mal pagadas en comparación con aquellas a las que tienen acceso sus compañeros de clases acomodadas, pero en las que puedan obtener el dinero que les otorgue acceso al poder que confiere el estatus adulto de forma rápida

Fuentes

Beck, U. (1998). La Sociedad del Riesgo: hacia una nueva Modernidad. Barcelona: Paidós.

Blach, J. M. (2019). El trabajo como valor en las sociedades humanas. Barcelona: UOC.

Europa Press. (8 de Diciembre de 2011). España es el país más sobrecualificado de la UE. Obtenido de Diario Vasco: https://www.diariovasco.com/rc/20111208/mas-actualidad/economia/trabajadores-sobrecualificados-201112081239.html

Europa Press. (18 de agosto de 2020). Crece durante la pandemia el número de ‘ninis’ en España. Obtenido de La Vanguardia: https://www.lavanguardia.com/vida/20200812/482795202275/covid-ninis-trabajo-accion-contra-el-hambre.html

Gómez-Torres, M. J. (24 de septiembre de 2020). «Tener trabajo y no poder eludir la pobreza: los trabajadores pobres en España». Obtenido de Acción Contra el Hambre: https://www.accioncontraelhambre.org/es/te-contamos/blog-testimonios/tener-trabajo-y-no-poder-eludir-la-pobreza-los-trabajadores-pobres-en-espana

Otaegui Jáuregui, A. (2014). Desequilibrio negocial y debilitamiento del actor sindical como efectos de la reforma laboral . Cuadernos de Relaciones Laborales, 337-360.

Otto, C. (17 de abril de 2017). Cuando emprender te arruina la vida: «Me desahuciaron y no tenía ni para un bocadillo». Obtenido de El Confidencial: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2017-04-17/emprendedores-autonomos-fracaso-ruina_1365015/

Peña, J. E. (2013). El problema de la productividad español. Extoikos, 19-24.

Precedo, J. (25 de marzo de 2018). La burbuja del emprendimiento: pocas startups en el garaje y mucha ruina personal. Obtenido de eldiario.es: https://www.eldiario.es/economia/ruinas-personales-deja-burbuja-emprendimiento_1_2214508.html

Ramos, M. (Abril de 2017). Sobrecualificación y desempleo juvenil. Dinámicas de inserción laboral de los titulados universitarios. Obtenido de Observatorio Social La Caixa: https://observatoriosociallacaixa.org/-/sobrecualificacion-y-desempleo-juvenil-dinamicas-de-insercion-laboral-de-los-titulados-universitarios

Veloso, M. (15 de mayo de 2020). Garzón califica el turismo de «precario y bajo valor añadido» y el sector exige su dimisión. Obtenido de ABC: https://www.abc.es/economia/abci-garzon-califica-turismo-precario-y-bajo-valor-y-sector-exige-dimision-202005150129_noticia.html

Willis, P. (2017). Aprendiendo a trabajar: Cómo los chicos de clase obrera consiguen trabajos de clase obrera”. Akal.

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