Pensamiento productivo del día: ¡a tomar por saco! Ya me he cansado: voy a crear una categoría en el blog para esto y meteré todos los posts ahí. A partir de ahora pondré los títulos como me dé la gana.
Uno de los primeros peligros que acechan cuando te quedas en paro, además del desánimo, es el apalancamiento. De repente ya casi nunca tienes prisa por ir a ningún sitio, aunque suene el despertador por las mañanas no tienes que levantarte de un salto, correr a la ducha, tomarte un café y salir pitando para la oficina, los tiempos de repente se vuelven elásticos… Sí, te sientas cada mañana al ordenador a repasar infojobs, linkedin, las fuentes rss a las que estás suscrito, envías doscientos curriculums, cada día que pasa bajas un poquito más el listón, piensas en mil ideas para encontrar trabajo o para ¡EMPRENDER! … Pero la sensación de escasez de tiempo y de ir todo el día con prisa para llegar a todo ha desaparecido. De repente te sobran un montón de horas al día y no sabes cómo llenarlas. Ya has puesto al día tu currículum y le has quitado el polvo a tus redes sociales, has jugueteado con las infografias y tu CV basado en skills, has revisado las ofertas de los últimos 3 meses, has dejado el piso limpio como una patena, has hecho la compra y planificado los menús de la semana para ahorrar, te has puesto al día con recibos y gestiones atrasadas… ¿Y ahora qué?
La tentación de dejar pasar las horas sin más, de quedarte en la cama hasta las 11, ver la tele hasta las 2 y después echarte una siesta de las de pijama y baba en el cojín, sentarte al ordenador a brujulear por internet, pasarte las horas muertas viendo cosas bonitas en pinterest o compartiendo en facebook los últimos memes de cuanto cabrón, y ponerte a revisar ofertas y enviar curriculums hacia las 8 de la tarde, admítelo, es una tentación poderosa. Si te dejas arrastrar por la vagancia y no necesitas bajar a comprar el pan, pueden pasar incluso días sin que te quites el pijama. Para combatir todo eso, tener un perro es el remedio ideal
¿Qué me aporta a mí personalmente tener un perro? Rutina. Que es un concepto que está muy mal visto, pero le da a mi vida cierta organización frente al caos. Aunque quiera, no me puedo quedar en la cama hasta el mediodía porque esta petarda me despierta cada mañana pidiendo salir. Lleva toda la noche aguantando como una campeona sin ir al baño, ¿cómo estarías tú? A media tarde tiene ganas de correr y jugar con sus amigos peludos, y por la noche otra vez salimos de paseo a hacer un pis antes de dormir. Tener perro es una manera estupenda de llevar unos horarios racionales, de salir a que te de el aire e incluso de hacer ejercicio todos los días, mucho más barato que un gimnasio y no admite excusas. ¡Son todo ventajas!
Pero no es solo el hecho de tener que vestirte, arreglarte lo justo para que las vecinas no te miren mal por la calle, y salir de paseo tres veces al día a que te de el aire. También son las posibilidades de interactuar con otra gente. Ya no tienes a los compañeros de trabajo a mano, los amigos tienen su rutina y nos vemos lo que podemos, y Joan… mejor vamos a dejar ese tema. Quieras que no, te haces tu grupete de dueños de perros con los que coincides a las mismas horas y echas la charleta. Quizá no tengas nada en común con ellos y en otras circunstancias en la vida habríais coincidido, pero mira, ahí están y constituyen otro elemento de rutina frente al caos.
Les comentas cómo estás, te reconfortan con cierto apoyo porque todo el mundo conoce a alguien que está en tu misma situación o incluso algunos miembros del grupo están pasando por lo mismo, y ese sentimiento de pertenencia ayuda un poquito a sobrellevarlo. Te prometen que si se enteran de algo te lo dirán, y despotricáis juntos de todos los políticos a los que esto les viene grande, que no saben qué hacer para salir de la crisis. De vez en cuando alguien comenta que hace falta un líder que nos saque de esta crisis mientras el resto asienten con entusiasmo, y se me ponen los pelos un poquito de punta.
Por no mencionar el hecho de que tener a un ser vivo que depende completamente de ti hace que se te quiten todas las tonterías de golpe. Vuelves de una entrevista en la que te ha ido particularmente mal, sabes que no te van a seleccionar, y ahí está tu perro, saludándote al llegar con su alegría chispeante, pidiéndote mimos y caricias. Esa sensación no se puede comprar con dinero.
David Muñoz escribió hace cosa de un año en bloguionistas 11 motivos por los que un guionista debería adoptar un perro. Yo no diré 11 pero al estar en paro agradezco estos 5 ó 6 que he dado.
yo he optado por una coneja, un perro es demasiada energía para mí….