A menudo nos enzarzamos en discusiones sobre el tema y es fácil y recurrente caer en la argumentación del «feminazismo» para intentar desacreditar el feminismo. Que sí, que el tema de las sufragistas estuvo muy bien pero tuvo su momento y ya, a partir de aquí os estáis pasando, queréis someter al hombre a vuestra dictadura del matriarcado, el hembrismo hace un flaco favor (¡CHUPITO!) y todo eso.

Y resulta que cuando pides une ejemplo de alguna doctrina político social, alguna construcción teórica que proponga quitarle derechos a los hombres para dárselos a las mujeres, nadie sabe darte un ejemplo. Si preguntas por algún ejemplo de «feminazi odiahombres» tampoco. Pero que haberlas, haylas. Como las meigas. Si encuentras una hembrista, pasa por aquí a darles la noticia, que las harás felices.

Bueno, pues hoy vengo a ayudaros con una guía rápida para que aprendáis a diferenciar a una «auténtica feminista»(c) de una feminazi hembrista odiahombres. Ahí va.

Veamos una situación cotidiana en el metro de cualquier ciudad.

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Pillas la idea , ¿verdad?

Bien, ahora veamos cómo distinguir a una auténtica feminista(c) de una hembrista feminazi:

a) La auténtica feminista(c) se dirigiría al varón que tiene al lado y, siempre de una manera muy pedagógica, le diría algo como por ejemplo: disculpe que le moleste, señor, lamento interrumpirle pero querría pedirle educadamente que, si no tiene inconveniente y le parece bien, si pudiera cerrar las piernas porque está invadiendo mi espacio y además seguro que usted también está incómodo en esa postura. Muchas gracias por prestarme su atención durante unos segundos, ha sido muy amable.

b) La feminazi mira a los ojos al mastuerzo que tiene al lado y le dice: oye, idiota, hasta donde yo sé mi coño y tus cojones han pagado el mismo precio por viajar en este vagón, así que o cierras las putas piernas que estás invadiendo mi sitio, o me lío a paraguazos.

Y es por eso que me encanta cuando me llamas feminazi.

gatonejo

Un comentario

  1. jajajaja, me ha encantado la respuesta de la «feminazi»!
    No sólo eso, si no que el pasado fin de semana vi a un incivilizado viajero del metro en la misma actitud, exactamente, estando una chica sentada a su lado deseando visiblemente que llegara su parada…

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