Mientras las instituciones montan homenajes a las mujeres asesinadas, un juzgado de Figueres, hace unos pocos meses, por poner un ejemplo, denegó una orden de protección a una de las mujeres que ha sido asesinada este mes de noviembre, cosa nada extraña considerando que se trata de un juzgado que archiva más del 60 por ciento de las denuncias que le llegan, sin que esto haya provocado la curiosidad de los mecanismos de seguimiento y calidad del sistema judicial.
Más del 30% de las mujeres asesinadas este año en España a manos de sus parejas o ex parejas había pedido ayuda y protección a las instituciones.
Mientras podemos ver suplementos especiales, banner, enlaces etiquetas y colores en las páginas web de muchos medios de comunicación, se informasobre el último asesinato de violencia de género descubierto, de una mujer y su hija de 9 años, resaltando el aprecio de sus vecinos por el presunto agresor, diciendo que era una persona normal, nada violento y sin antecedentes penales, si no contamos las dos denuncias previas que puso la víctima, que no deben contar para estas cosas, sin que ningún código deontológico parezca verse resentido.
Artículo completo: 25-N: naranja tirando a ocre, por Marisa Sotelo