
El «hombrigo», por Miguel Lorente
(…) Los hombres nunca se han quejado ni han visto un agravio en cualquier medida o iniciativa que supusiera un trato diferenciado entre distintas personas o poblaciones cuando el objetivo era corregir una injusticia social. No ha habido oposición, por ejemplo, contra las leyes que castigan más la violencia racista, tampoco contra la xenófoba, ni ha habido críticas de los hombres contra el agravamiento de las conductas terroristas, ni cuando se exige la condición de funcionario para que la violencia en determinadas circunstancias sea considerada tortura. Todas son medidas dirigidas a combatir el problema subyacente del racismo, la xenofobia, el terrorismo, la tortura… y todas esas conductas pueden ser llevadas a cabo por hombres y mujeres, aunque en la práctica la inmensa mayoría sean cometidas por hombres. Tampoco han […]