Olivia Roca, superviviente de violencia de género, cuenta su historia: «Ponte en mi lugar»

Título: Alapadma. Artista: Page Bradley
Título: Alapadma. Artista: Page Bradley

Olivia Roca es el pseudónimo de una superviviente de una relación marcada por la violencia de género. Ponte en mi lugar, la decisión de una mujer maltratada; es su historia en primera persona, un libro con sus vivencias con el que pretende romper con los estereotipos del «perfil de la víctima de maltrato» equivalente a mujer con nivel bajo de estudios y pocos recursos tanto económicos como personales, y «el perfil del maltratador» como un hombre abiertamente machista, que desprecia a las mujeres sin el menor disimulo, usualmente borracho y de bajo nivel socioeconómico; que aún persiste en el imaginario colectivo.

Tal y como ella misma cuenta en esta interesante entrevista que le hicieron para El País con motivo del 25 de Noviembre, Día Internacional por la erradicación de la violencia contra la mujer:

Un día escuché cómo mis compañeras de trabajo, mujeres formadas a las que considero inteligentes, hacían un comentario despectivo acerca de una mujer que había sido asesinada a manos de su marido. Comentaban que cómo era posible que una señora que había ejercido varios cargos de responsabilidad pública consintiera una relación de ese tipo. No estaban sorprendidas por la noticia, únicamente hacían una crítica destructiva contra la mujer, como si fuera su culpa morir apuñalada. En ese momento no me pude contener. Me estaban doliendo mucho sus palabras y decidí levantarme de mi sitio. “¿De qué estáis hablando?, les pregunté. ¿Qué idea tenéis de una mujer maltratada?, ¿pensáis que es débil, fea o que vive en un cuchitril?, ¿creéis que yo, por ejemplo, por mi forma de ser o de vestir, he podido tener una relación de maltrato?”. Por supuesto me contestaron que no. “Pues sí”, les dije. Fue en ese momento cuando decidí que había que hacer algo. Porque si nosotras, que somos mujeres que podemos romper porque hemos tenido la gran suerte de tener formación y podemos hacer cosas interesantes a nivel social, no las hacemos, ¿qué va a pasar con las mujeres que están atadas de pies y manos?

Y es que las mujeres que viven una relación de maltrato tienen que enfrentarse no solo al propio maltratador que las detruye en todos los sentidos, física y psicológicamente, que también destruye sus redes familiares y de amistad por la vía del aislamiento, que destruye su autoestima y con ello sus recursos para poder escapar de esa relación; también tienen que enfrentarse a un calvario social, legal y personal.

Un calvario personal porque reconocerse víctima de maltrato no es precisamente un proceso agradable, y salir de él es un proceso que lleva mucho tiempo, trabajo, reflexión personal, revisión de los años pasados junto a la persona a la que probablemente aún amas, muchos conflictos internos se desatan en el momento en el que empiezas a abrir los ojos y a recomponer las piezas del puzzle. Asumir el fracaso y empezar de cero, liberarse de las cadenas de la culpa para seguir adelante, no es un camino fácil. Hay que desaprender todo lo aprendido sobre la dinámica de las relaciones entre hombres y mujeres, hay que romper con la dinámica del maltrato, no dejarse seducir de nuevo por el bombardeo del amor, resistir para no volver a creer en las promesas que los maltratadores hacen durante la fase de «luna de miel», ser fuerte para mantener la decisión de sobrevivir cueste lo que cueste sabiendo que, en el momento en el que decides dejar de someterte a su voluntad, la agresividad del maltratador se agudizará. No por casualidad las mujeres víctimas de maltrato tienen 4 veces mayores probabilidades de sufrir alcoholismo y 7 veces más probabilidades de suicidio que la media.

espiral del abusoUn calvario social porque de puertas para afuera no siempre se entiende, no hay conversación que gire entorno al maltrato en la que no salga el dichoso tema de las «denuncias falsas», y en los entornos más hardcore incluso el de los pobres hombres maltratados por el omnipotente hembrismo y los suicidios por divorcios abusivos (volveremos a ese tema con un nuevo artículo en unos días). Un 10% de las víctimas no denuncia o por miedo a que no las crean, un 25% por carecer de recursos económicos suficientes, un 40% no denunciaron porque considera que el maltrato sufrido «no era para tanto», un 8% porque no quiere que sus hijos crezcan sin padre, un 8% temen perder la custodia de sus hijos porque él las ha amenazado con quitárselos, un 3% no denuncia por presiones de familiares o amigos, un 9% porque no quieren ver en la cárcel a su maltratador. No quieren arruinarle la vida a él. Al pobre. ¿Sigo? No hay acompañamiento psicológico para las víctimas que denuncian maltrato, una de cada 3 mujeres que retiran la denuncian lo hacen porque creen que él cambiará, un 40% de las mujeres que pide ayuda a la familia de su pareja recibe como consejo que aguante y siga con él. ¿Aún necesitáis más datos?

hombre maltratador

Un calvario legal porque cada vez se conceden menos órdenes de alejamiento, porque hay presiones para que las valoraciones policiales de riesgo se realicen a la baja debido a los recortes presupuestarios, porque en los juicios rápidos el agresor solo paga (con suerte) por la última lesión y no por el maltrato continuado y las agresiones y abusos sexuales continuados que muy probablemente también forman parte del substrato de la relación. Porque los propios servicios de atención a las víctimas de la policía no siempre tienen ni la cualificación ni la sensibilidad apropiada para tratar estos temas. Porque la asistencia jurídica de oficio en muchas ocasiones deja mucho que desear. Porque los juzgados de violencia de género están tan saturados que hay veces que los fiscales ni siquiera se presentan a las declaraciones de víctima y denunciado y se limitan a tomar decisiones que afectan a la vida de estas personas basándose únicamente en las vagas transcripciones de los secretarios judiciales. Porque los jueces deniegan demasiadas veces las pruebas periciales solicitadas por los abogados de la acusación, limitando así el derecho de la víctima a la justicia y a la rehabilitación por el daño sufrido. En fin, porque os lleváis las manos a la cabeza cuando Unidad Popular lleva en su programa electoral la inversión de la carga de la prueba en los delitos de violencia de género, pero ni siquiera os planteáis durante un segundo la indefensión que sienten quienes se enfrentan al sistema judicial con todo en contra. Olivia lleva 12 años de proceso judicial. 12 años. ¿Os podéis hacer una idea de lo que son 12 años sin poder pasar página, con la herida aún abierta en carne viva, teniendo que mantener presentes todos los recuerdos, todos los detalles, todas las fechas, todas las agresiones, todos los gritos, todos los insultos… porque en cualquier momento te convoca el juez a declarar casi de un día para otro? No puedes olvidar, no puedes seguir adelante, es algo que está ahí y que te marca a fuego. Doce años atrapada cuando ya has empezado a intentar liberarte, 12 años de proceso judicial, es la muerte en vida.

Olivia ha querido contar su historia para derribar muchos de los mitos que envuelven aún todavía (y pese a la ingente información disponible) a las relaciones marcadas por la violencia de género. Y para ello, con la colaboración de la asociación de mujeres Clara Campoamor, ha escrito el libro Ponte en mi lugar, la decisión de una mujer maltratada. En el libro se explica cómo una relación que es aparentemente normal e incluso modélica a ojos de los demás, puede convertirse en un infierno sin que nadie se dé cuenta. El libro resume años de maltrato y humillación, pero también de lucha y esfuerzo de Olivia por salir adelante con sus dos hijos. Para llevar a cabo la edición del libro buscan financiación a través de esta campaña de crowdfunding mediante libros.com que desde Locas Del Coño hemos decidido apoyar sin dudarlo.

4 Repuestas a “Olivia Roca, superviviente de violencia de género, cuenta su historia: «Ponte en mi lugar»”

  1. Parece increíble cómo se asemejan la historia de Olivia y la que cuentas en este mismo blog; la poca especialización de los medios policiales, el rechazo familiar, las trabas judiciales… Nada de todo eso tiene que ver con el poder adquisitivo o el nivel de estudios de la superviviente, y nada de eso ayuda, desde luego.

    Esta frase en la entrevista me ha parecido demoledora «en una ocasión me fui sin poner la denuncia gracias a una jueza de un juzgado de guardia que me mandó a casa a ver si se me pasaba», con doh cojoneh.

    1. Es que pese a 10 años de Ley Integral Contra la Violencia de Género, parece increíble el poco desarrollo, la poca formación y la escasa sensibilidad que hay aún hoy en día. Si contara lo que me llegó a decir en comisaría la Mossa del Grupo de Atención a las Víctimas, os echaríais las manos a la cabeza…

  2. Es asi ,soy una mujer maltratada otra victima mas, lo unico que puedo dar es gracias de poder lo contar hay otras mujeres que ni eso pueden, ya que sus maridos las han matado.
    La sociedad no ayuda en nada mas bien nadie estamos solas.

  3. solución lista de maltratadores. Mi ex marido va por la calle haciendose el simpatico el guai no lo dirías.

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