Es mentira que las feministas busquéis la igualdad. El feminismo solo se preocupa de los derechos de las mujeres, la misma palabra lo dice. Si de verdad quisierais igualdad, os preocuparais también de los derechos de los hombres.
A ver si lo entiendo. Las mujeres de tu casa llevan toda tu vida lavándote los calzoncillos, haciéndote la cama y poniéndote la comida en la mesa. Y ahora que eres adulto, ¿pretendes que las feministas luchen también por tus derechos? Ya va siendo hora de ponerse las pilas, ¿no? ¿Hasta cuándo vas a pretender que sean las mujeres quienes te saquen las castañas del fuego?
Vale, vale vale, vale. De acuerdo. Callar, escuchar y empatizar. Tienes razón. Te escucho. Cuéntame qué opresiones vives tú, como hombre, y te prometo que intentaré ponerme en tu piel y tratar de entenderte.
El sexismo, los roles de género a los que se supone que tenemos que adaptarnos hombres y mujeres, lo que la sociedad espera de nosotros… También perjudica y mucho a los hombres. Tenemos trabajos más duros y menor esperanza de vida, el 90% de las personas adultas condenadas en España por algún delito son hombres.
Recibimos muchas negativas a lo largo de nuestra vida y tenemos que seguir adelante con nuestra autoestima intacta, seguir insistiendo porque a los hombres se nos enseña a no aceptar un «no» por respuesta, a que es mejor pedir perdón que pedir permiso.
No podemos simplemente no tener ganas de sexo porque entonces se cuestiona nuestra hombría, «maricón» sigue siendo uno de los peores insultos para un hombre, a la altura de «puta» para una mujer.
El feminismo solo se preocupa de que a las mujeres no las acosen ni las violen, pero ¿qué pasa con los hombres? ¿Por qué las feministas no se preocupan de los derechos de los hombres?
Bien, en primer lugar, acabas de descubrir que el hetero-patriarcado también te oprime. Bienvenido, ponte cómodo. El sexismo nos jode a todos: tener que cumplir con unas expectativas impuestas, no poder salirnos de los límites trazados en torno a cada sexo, nos jode a todos. Los hombres no podéis permitiros no tener ganas de sexo porque entonces se cuestiona vuestra masculinidad; y si las mujeres reclamamos nuestras ganas de sexo, entonces somos unas zorras, unas putas, y tenemos mayor riesgo de sufrir violación y maltrato. Disculpa si estamos un poco ocupadas con «nuestras cosas de mujeres» y no podemos prestar suficiente atención a tus feelings.
El sexismo nos perjudica a todos, y las feministas luchamos contra eso.
- Las feministas radicales (o radfem) desde el planteamiento de que los roles de género son construcciones sociales, no hay unos roles que nos vengan predefinidos por nuestra biología, las categorías biológicas de «macho» y «hembra» sirven para definir unos genitales pero no un comportamiento. El feminismo radical plantea la teoría de que el dimorfismo sexual no condiciona el comportamiento social. Dicho de otro modo: el que a los niños les gusten los coches y a las niñas las muñecas no es algo innato sino aprendido a base de interacciones sociales. Y por tanto podemos derribar las barreras que separan ambos géneros y llegar a ser eso que a ti te gusta tanto decir: ¡somos todos personas!
- Y las transfeministas (o transfem) lucha contra el binarismo de género, el que nos reduce a todos en dos categorías, hombres y mujeres, para abrir por completo el abanico de posibilidades y llegar a la conclusión de que, ¡oh, sorpresa! todos somos personas, el género no es lo que nos debería definir, y por lo tanto el sexo que te asignaron al nacer no debería condicionar ni tu género ni tu identidad.
[Nota: soy consciente de que esto es una simplificación brutal de ambas teorías. No me lo tengáis demasiado en cuenta]
Así que sí, las feministas luchamos contra el sexismo, y por lo tanto también nos preocupamos por los hombres. AHORA BIEN, el machismo te beneficia a ti, querido amigo, y eso no podemos obviarlo tampoco. El machismo es la ideología que se sustenta en las diferencias que el sexismo promueve, colocando al hombre (cis y hetero) en un lugar preeminente de la sociedad, otorgándole el espacio público (laboral, político, social…) mientras que a las mujeres se les asigna el espacio privado del hogar y los cuidados: desde si no quieres ser violada no salgas de casa por la noche y no te vistas de determinada manera provocativa, hasta interrumpir sus carreras laborales para cuidar de hijos, mayores y dependientes. Porque, amigo mío que te sientes tan ofendido porque las feministas no nos ocupemos de los derechos de los hombres, tengo que decirte algo que te va a doler: no son los hijos los que frenan las carreras profesionales de las mujeres, son los maridos. ¿Sabes qué ocurre? Que aunque las parejas tengan muy buena voluntad y decidan hacer un reparto igualitario de las tareas del hogar, eso en la práctica queda en el olvido en cuanto llega el bebé. Los padres ponen como excusa para su menor implicación en la crianza de la criatura en el miedo a represalias laborales, mientras que el papel que asume la madre es de la principal cuidadora del niño y del entorno familiar. Mientras que ellos se muestran satisfechos con este tipo de reparto, ellas sí muestran desazón por la menor participación de los padres en la crianza.
Ya nos gustaría dedicar más tiempo a defender vuestros derechos* pero en ocasiones estamos demasiado ocupadas intentando que dejéis de estorbar. También podríais intentar poner algo de vuestra parte, a ver qué ocurre.
Por otro lado, lo de pedirnos a nosotras que lideremos vuestra lucha es un poco feo. A nosotras nos encantan los hombres que son aliados en la lucha feminista, que no padecen esa hidrofobia patriarcal, que no tienen miedo a mojarse cuando alguien suelta una barbaridad, que se implican más allá del postureo. Pero no queremos que el feminismo lo lideren hombres, no necesitamos que los hombres nos digan cómo hacer el feminismo BIEN, cuales son las reivindicaciones legítimas y cuales son ya excesivas porque nos hemos pasado de la ralla y ahora somos feminazis que quieren someter al varón. No necesitamos hombres que nos den permiso ni que validen nuestras reivindicaciones, que nos marquen la agenda o nos digan lo que es importante para nosotras y lo que no. Del mismo modo, no consigo entender por qué los hombres necesitáis que las mujeres lideremos la lucha contra el sexismo que os oprime. ¿Acaso no tenéis voz propia? Porque bien que la usáis para mandarnos callar.
Tal vez, y digo TAL VEZ, si de verdad estáis preocupados por cómo el sexismo os afecta a los hombres, ¿no haríais mejor en colaborar en la lucha con quien está intentando combatir al enemigo común, que desprestigiarnos mientras te fumas un puro? Plantéatelo a ver.
* No.