Por qué no creo en la terapia de reeducación para maltratadores

Violencia de género

Me preguntan hace unos días qué opino sobre los cursos de reeducación para maltratadores, mandar al maltratador a terapia en lugar de encalabozarlo así de primeras. Me dan dos buenas razones a favor de este tipo de terapias:

La primera es el miedo de la victima a denunciar, sabiendo que se va a enfadar si va al calabozo. Y la segunda, la oportunidad que se le da la primera vez que es denunciado a que cambie de actitud y se recicle por las buenas.

Lulù Trottoir

Yo lo siento pero no confío nada en este tipo de terapias. No tengo datos en la mano aunque es un tema interesante para investigar, solo tengo intuición y algún comentario suelto de personas que trabajan en cárceles y han participado en este tipo de terapias, y me dicen que el grado de reincidencia pasado un año es bastante alto. No lo puedo afirmar con rotundidad.

Aunque sí tengo mi opinión: creo que este tipo de terapia, o curso de reeducación o llámalo como quieras, no sirven de nada. No es un problema de conducta ni de control de la ira, sino un problema más arraigado de cómo creen que deben funcionar las interacciones sociales entre hombres y mujeres, el «respeto» que la mujer le debe al hombre y cómo este respeto debe materializarse en el contexto de una relación afectiva.

Es algo aprendido desde la infancia, y además tiene un factor muy importante: la inseguridad del maltratador. Alguien con celos patológicos, posesivo, que necesita ejercer un control total sobre todos los movimientos y todas las interacciones sociales de su pareja para evitar que esta le ponga los cuernos, alguien que cree que a la menor oportunidad su pareja se irá con otro, alguien que tiene claro que debe corregir y someter a su pareja ya sea mediante el chantaje emocional, coacciones, amenazas, hundiendo su autoestima y en último término ejerciendo violencia física, pero de lo que nunca se siente responsable, siempre es ella quien lo provoca por no comportarse conforme él espera, que no es consciente de que sus reivindicaciones son completamente ilegítimas y que está coartando la libertad de una persona que ha elegido libremente estar con él… Es una persona con unos problemas serios de autoestima, problemas que impactan en su relación de pareja y desembocan en maltrato hacia otra persona. Y ambos factores van íntimamente ligados, no puedes tratar uno sin el otro.

Amor renunciar

 

En el Salvados del domingo pasado centrado en violencia de género pudimos escuchar dos testimonios sobre este tema: el de un psicólogo especialista en terapia para maltratadores condenados, y el de un hombre condenado por maltrato «rehabilitado». Lo siento, pero estos dos testimonios tuvieron momentos que me pusieron los pelos de punta.

El psicólogo, no sé si contratado o responsable de una empresa que ganó un concurso público de Gobierno Vasco para llevar los cursos de rehabilitación a hombres condenados por violencia de género, dio unos datos que invitan a la alegría y que yo, sin embargo, tomaría con pinzas: dijo que «no es posible cuantificarlo, pero que cree que entre el 70% y el 80% de los maltratadores que pasan por su terapia no vuelven a maltratar a sus parejas de la forma en que lo hacían antes».

Bueno, varias cosas.

  • En primer lugar, ese «no es posible cuantificarlo«. Sería posible en caso de realizar seguimiento a esos hombres. Una cosa es que no tengan medios actualmente, o que no existan protocolos de seguimiento. Pero que no sea posible cuantificar el porcentaje de éxito de su programa no es cierto.
  • Y digo más: me apuesto euros contra doritos esas cifras de porcentaje de éxito rondando el 70-80% están artificialmente abultadas para no perder el concurso público. No me creo que en una terapia de 6 meses, a 1-2 sesiones a la semana como mucho, se cambie el aprendizaje de toda una vida.
  • Lo que me reafirma en el punto anterior es la frase con la que terminaba esta cita: «no vuelven a maltratar a sus parejas de la forma en que lo hacían antes«. Y el matiz es importante, no es casual y el psicólogo lo sabe. Que lleguen a asumir en esa terapia que pegar está mal, que no deben agredir físicamente a su pareja, no implica que dejen de maltratar. La violencia de género incluye no solo manifestaciones de violencia física, sino también verbal, económica, psicológica y sexual. Que los mecanismos de maltrato que empleen a partir de ese momento no sean los que nos hacen saltar la voz de alarma a nivel social (un ojo morado, costillas rotas…) no implica que el maltratador esté rehabilitado: solo ha aprendido formas de maltratar que no levanten sospechas. Ha aprendido técnicas de camuflaje que le permiten seguir sometiendo la voluntad de su pareja sin tener que someterse a la reprobación social.

Por si fuera poco, el testimonio del «maltratador rehabilitado» posterior me reafirma en lo anterior. Un momento de su testimonio me pareció especialmente significativo:

Después de la sentencia he tenido 4 parejas y con ninguna he tenido ningún «problema FÍSICO«.

«Problema FÍSICO». Habla del maltrato que ejerció como un «problema FÍSICO». Como si además el hecho de que dejara de agredir físicamente implicara que ya está rehabilitado. No, mira, hay muchas formas de maltratar y hay maltratadores que no necesitan ponerte la mano encima para conseguir humillarte, hundirte, destrozarte psicológicamente y lograr destrozar tu voluntad para que hagas lo que ellos quieras, aunque te duela, aunque te haga daño, aunque te produzca arcadas, aunque te resulte humillante.

Es fenomenal: estamos gastando recursos públicos en conseguir que hombres condenados por maltrato no vuelvan a ser condenados, porque a partir de ahora su maltrato pase por debajo del radar. Les damos un curso de rehabilitación para enseñarles a maltratar de forma sutil sin que llame demasiado la atención. Estupendo.

Es por eso que, en mi opinión totalmente cuñada, los cursos de sensibilización creo que tienen un impacto muy limitado y que solo contribuyen a darle una falsa esperanza a la víctima y que tarde más en salir de la situación de violencia.

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3 comentarios

  1. Hola Chessi, como trabajador en centro penitenciario durante 8 años, te confirmo que la prisión no sirve para rehabilitar maltratadores, más al contrario, sirve para potenciar su instinto criminal: la hemeroteca está llena de casos de maltratadores que tras pasar el periodo preventivo de 10 meses en prisión salen y matan a la mujer.
    Y viendo como aumenta el fascismo en estos tiempos de crisis, sigo entendiendo que la prisión no es la solución: menos juzgados de guardia y más Psiquiátricos de guardia.
    ^^salut y pedagogía^^

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