Una amiga comenta los insultos que le envían desconocidos por facebook, y un amigo suyo le recomienda "¡denuncia!"
Una amiga comenta los insultos que le envían desconocidos por facebook, y un amigo suyo le recomienda «¡denuncia!»

 

Hay  un tema que llevo bastante mal, y son los consejos no solicitados. Especialmente esos en que el CUÑAO de turno te da un consejo que no tiene ni la más remota idea de lo que implica pero es su forma de quitarse las pulgas de encima. Como cuando una mujer explica una situación, pongamos, de discriminación laboral, de acoso sexual en el trabajo, de abuso sexual, de maltrato, de insultos recibidos a través de redes sociales, de algún baboso que no te deja en paz en la … Y siempre hay alguien que suelta en consabido «¡denuncia!» y se queda tan ancho.

Pero vamos a ver, alma de cántaro:

– ¿Denuncia qué? _________
– ¿A quién? _________
– ¿Por qué delito? _________
– ¿Para lograr qué? _________
– ¿A qué coste? _________
– ¿Cuánto tiempo le va a llevar? _________

Comandante Vimes se tomó el tiempo de demostrar cómo que te recomienden denunciar a un baboso que no para de tocarte los cojones en un bar es una pérdida de tiempo, porque no hay delito que lo contemple.

Yo estoy harta de recordar casos de maltrato en los que las mujeres denunciaron y nadie les hizo ningún caso, con fatales consecuencias.

Que te recomienden denunciar a un jefe que te acosa o que te discrimina también tiene su rollo, porque lo más probable es que si se te pasa la idea por la cabeza, a los 5 minutos tengas ya firmado el finiquito. ¿Y mantienes tú a la víctima mientras tanto? ¿Le pagas la hipoteca? ¿Alimentas a sus hijos? No, claro, tú recomiendas ¡denuncia! y te lavas las manos.

O cuando recomiendan denunciar a una víctima de violación o de abusos sexuales, también es muy interesante. Denunciar que te han agredido sexualmente para que te pregunten qué ropa llevabas, si habías bebido o si habías bailado, si coqueteaste con él, si de algún modo le provocaste, si no estarías zorreando y ahora le quieres joder la vida porque te has arrepentido, cuántas veces dijiste NO y con cuánta vehemencia porque las mujeres cuando dicen «no» en realidad lo que quieren es que los hombres les insistan, si no será que te confundes, mira que le vas a joder la vida al pobre chaval… Sí, suena a muy buena idea.

 

Autora: Gisela Pozsonyi
Autora: Gisela Pozsonyi

 

Desde la barrera lo véis todo muy fácil. ¿En serio creeis que a la víctima no se le ha ocurrido ya denunciar? ¿Crees que si no lo ha hecho, es porque no tiene motivos suficientes, porque es una cobarde, una comodona, porque en realidad se lo inventa, exagera, o simplemente quiere llamar la atención?

Os cargáis nuestra legitimidad de defendernos, y después nos animáis a que denunciemos como si eso fuese todo: vas, denuncias y ya está, te vuelves a tu casa tan feliz porque ya está todo resuelto. Fin del problema, y no el principio de una tortuosa carrera de obstáculos con un coste económico, emocional y en tiempo altísimo. Y luego para nada. O peor aún: para que el agresor salga reforzado, reafirmado en la idea de que no le pasa nada y puede continuar con sus conductas agresivas porque la justicia no se toma esto en serio.

A la mujer de 20 años que asesinaron en Baleares, había denunciado a su maltratador y lo condenaron a 22 días de trabajo a la comunidad y una multa de 210€. He visto en los juzgados niñas de 17 años con ojos morados y que el juez no le de orden de protección aunque su exnovio de pasara todo el santo día plantado delante del instituto y la siguiera a casa. He visto fiscales que no se presentan a la declaración ni de víctima ni de imputado, y luego dudan de la coherencia del testimonio de la víctima tan solo leyendo el resumen de folio y medio que hace el secretario judicial, y aún así tienen potestad para decidir si el procedimiento sigue adelante o se archiva. Un 60% de las denuncias por violencia de género no llegan ni a juzgarse y no me sorprende lo más mínimo. Me reiría de la ingenuidad de quien recomienda tan alegremente «¡denuncia!» si no fuera un tema tan sangrante.

Vosotros decís «¡denuncia!» ¿y sabéis lo que yo entiendo? «Cuéntaselo a alguien a quien le importe». Suena a quitarte las pulgas de encima, a no querer saber nada, a decirle a la víctima lo que tiene que hacer para poder olvidarte y seguir con lo tuyo. Total, ya has hecho todo lo que podías hacer por ella, ¿no?

La impunidad no se evita denunciando a lo loco o a desconocidos: se evita reformando la administración de justicia, aplicando correctamente el protocolo de Estambul que actualmente no se sigue, evitando el victim blaming, la victimización secundaria y que las víctimas se vean sometidas a una jodida tortura, que jueces y fiscales se tomen el tema en serio. Y en eso estamos las feministas, muy lejos de la complacencia de estar cómodamente sentado en tu casa y decirle a otra persona «¡denuncia!»

 

Ante la duda, piensa: ¿Qué haría Jesús?
Ante la duda, piensa: ¿Qué haría Jesús?