¿Sabes cuando estás tan llena de energía que parece que todas tus terminaciones nerviosas están electrificadas? Pues así me siento en este momento: imparable.
No te voy a engañar, hubo un momento en que sentí que me fallaban las fuerzas. La pena me golpeó el pecho en el momento más inesperado y me dejó sin habla. El momento pasó, duró exactamente 12 minutos. Cada vez lo hago mejor. No puedo evitar que en ocasiones la tristeza me alcance, pero sí puedo impedir que tome el control.
Te hice una promesa y la voy a cumplir. La solidaridad entre mujeres es una de las cosas más grandes que tenemos, y nos la han intentado arrebatar metiéndonos en vena esa idea de que las mujeres somos nuestras peores enemigas. Es mentira.