Fui a buscar mis límites, y mis límites me encontraron a mí. La sororidad duele y más cuando es ilimitada y a costa de la propia salud y estabilidad emocional. Las buenas personas también tienen derecho a decir NO. Las buenas personas también tienen derecho a decir BASTA, no puedo más. Las buenas personas también tienen derecho a trazar sus propias líneas rojas y no echarse todo el peso del mundo a sus espaldas. No es egoísmo: es autocuidado.

 

Autor: Jan Saudek
Autor: Jan Saudek

 

No es justo que siempre tenga que ser yo la fuerte, y menos aún para que otras personas puedan colgarse de mí y ser yo quien tire del carro por todos. Tengo el mismo derecho que cualquiera a fallar, a equivocarme, a aprender de los errores. Después de todo lo que he sufrido, necesito redención. Estoy harta de consejos, y precisamente por eso este post tiene los comentarios cerrados. Lo último que me apetece en un momento tan vulnerable es ser jugada o escuchar consejos. Tengo la cabeza metida en una centrifugadora y me estoy dejando atrapar por la espiral.

He gastado todas las reservas de sororidad para lo que me queda de año, por lo menos. Las he pasado muy putas reviviendo todo el dolor, el miedo, el sufrimiento, la angustia, la soledad, las mentiras… Incluso los celos, que me han cogido totalmente por sorpresa. Y ya no puedo más. Lo he dado todo hasta quedarme seca. Estoy al límite de mis fuerzas. Pensaba que lo tenía todo superado, que me resbalaba absolutamente todo, que podía manejarlo… y no ha sido así. En determinado momento sentí que todo me desbordaba, perdí el control y la cabeza.

Chesi-Consejo inspirado en las sabias palabras de Lidia: si en vez de creernos la milonga de «mi pareja no me entiende, mi pareja me trata fatal«, si en vez de activar el modo cuidadora, si en vez de follarnos a tíos con pareja hostia ya, HABLÁRAMOS CON ELLAS, nos ahorraríamos todas un montón de disgustos y algunas cosas iban a empezar a cambiar.

 

Autor: Jan Saudek
Autor: Jan Saudek