Hasta hace 5 años la superioridad moral era precisamente la de los abstencionistas, que a quienes nos estábamos partiendo la cara dentro de los partidos para mover cosas nos decían que eran todos el mismo perro con diferente collar, ladrones y corruptos todos, y nosotros cómplices, y que con su voto no iban a avalar al que nos robara cuatro años más.
Hace 5 años, un 15-M, en una plaza llena a reventar, los dijeron «no les votes» y unos días después el PP arrasó en las urnas.
Ahora la superioridad moral la tienen los anti-abstencionistas y resulta que de repente no hay ni una sola razón para abstenerse. No tenemos derecho a estar hartas de quienes dedican un total de 26 segundos (entre todos) a exponer sus medidas para combatir la violencia de género, no tenemos derecho a estar hartas se quienes no llevan en sus programas ni una sola mención a la palabra feminismo porque al resto de su electorado les produce urticaria, no tenemos derecho a cabrearnos con quienes teniendo en sus manos un acuerdo de gobierno decidieron jugárselo todo a una carta porque egoístamente pensaban que mejorarían sus resultados particulares a costa de no tener muy claro quién es el adversario y quién es el enemigo. No tenemos derecho a mandar a la mierda a quienes quieren ser califa en lugar del califa. Algunas nos hemos dejado la piel durante más de una década intentando mover cosas desde dentro, y ahora que vosotros tenéis un nuevo Mesías (y su profeta) nos negáis a los demás el derecho a perder la fe.
Oye, es guay eso de tener siempre la razón por muchos bandazos ideológicos que uno de. Yo también quiero esa seguridad y esa carencia absoluta de matices, ese ver la vida en blanco y negro. Seguro que se vive mucho más feliz.
Ahora muchos insatisfechos con el resultado electoral de anoche, en acto de protesta, están diciendo que se van del país. Estoy viviendo desde anoche un déjà vú con el «moving to Canada» si se aprobaba en matrimonio gualitario en USA, que me tiene el estómago revuelto. ¿Esa es vuestra idea de activismo? ¿Echar un papelito en una urna, y si no me gusta el recuento final, que os den que yo me largo? ¿Así es como pretendéis cambiar las cosas? ¿A eso se reduce vuestra pobre idea de democracia? Joder con la nueva política, lo mucho que se parece a la vieja. Así no me extraña que estemos como estamos. Es más fácil culparme a mí que me abstuve ayer, que hacer un poquito de autocrítica. Pero no, claro, vosotros siempre tenéis razón, aunque sostengáis ahora todo lo contrario que hace 10 minutos.
Sois geniales. Seguid así.