Beatriz Ranea, de la Comisión para la Investigación de malos Tratos a Mujeres, con sedes en Madrid y Sevilla, se actúa de manera preventiva impartiendo talleres de dos horas en Bachillerato y FP, una edad tardía para educar en sexualidad, pero útil para que se hagan preguntas. “Lo que hacemos -sigue Barea- es tratar el tema desde un análisis de la construcción de la sexualidad y cómo en ese terreno se reproducen las relaciones de poder hasta derivar en violencia y explotación. A veces, vives situaciones que te hacen perder la esperanza. No hemos avanzado desde 1983 que se fundó la Comisión, pero tampoco hemos retrocedido. Cuando voy a los institutos, pienso que quizá les remuevo algo y no podré desmontar en dos horas lo que ellos están viviendo. Pero a veces ves sus caras y notas que se están planteando cosas… En realidad, sería necesario integrar los talleres sobre violencia sexual en el proyecto educativo transversal”
A menudo, las propias adolescentes no encuentran el límite entre lo consentido y el abuso. La desigualdad de las relaciones chicos-chicas hace que en los colegios se justifique el control y el menosprecio. Belén González, orientadora de FP en un colegio Vallecas, en Madrid, con más de 1.200 alumnos y alumnas, refiere la sumisión de las jóvenes ante el control del novio hacia ellas: “ He visto cómo les pedían las contraseñas de su correo o sus facebook y las chicas se lo daban porque dicen que se lo piden porque las aman. Veo cómo sufren afecciones ginecológicas porque ellos se niegan a usar preservativos, y acaban teniendo enfermedades venéreas. Viven la sexualidad que ellos quieren y acabamos viendo embarazos en 4º de E.S.O a razón de tres o más cada curso. He llegado a escuchar a una niña cómo quería perder la virginidad para que no la considerasen una ‘pringada’. Estamos dando pasos atrás. ”
Fuente: Bez.es – Las adolescentes son una presa fácil para los proxenetas
Un estudio, elaborado a partir de entrevistas a 22 víctimas adolescentes y seis chicos condenados por violencia en el ámbito familiar, pone el foco en la violencia sexual que sufren y que ellas justifican como «muestra de amor».
Este estudio, elaborado a partir de entrevistas a 22 víctimas adolescentes y a seis chicos condenados por violencia en el ámbito familiar, concluye que las chicas han sido socializadas en un «modelo de amor-sufrimiento» con el que ellas se identifican «ante una película, un libro o una canción», mientras que ellos valoran el modelo de «líderes de grupos, chulos y malotes», y todos, chicos y chicas, creen que el hombre duro y dificil, es el más atractivo.
El informe elaborado por la socióloga Carmen Ruiz Repullo, pone además el foco en la violencia sexual que las chicas tienden a normalizar al justificar prácticas no deseadas como muestra de amor. La totalidad de las víctimas encuestadas sufrieron algún tipo de violencia sexual.
Los primeros signos de la violencia de género en adolescentes, desde los celos y las humillaciones, el control del móvil, se justifican en la idea de un amor patriarcal en el que es normal que el varón quiera controlar a «su chica».
Por su parte los jóvenes entrevistados aseguran no identificarse como machistas, pero luego expresan su creencia de que las chicas se dejan impresionar por dinero y poder, que los celos son signos de amor, o que determinadas prendas de ropa son propias de «facilonas que provocan».
Fuente: Cadena Ser – La violencia de género en adolescentes crece un 37,2%
Es descorazonador que, a estas alturas, sigamos así. No avanzamos nada. ¿No se suponía que educar en igualdad iba a terminar erradicando la violencia de género? Nos falta mucha educación emocional y afectiva, nos hace mucha falta interiorizar que el control y el amor no tienen nada que ver. Seguimos perpetuando relaciones tóxicas que conducen al maltrato.
