No soy especialmente futbolera, aunque mis simpatías siempre han estado con el Barça, no soporto la actitud de los madridistas (¡¡uuuoooohhhh está generalizando #NotAllMerengones, que sí, que venga, a tu casa) y una de mis aficiones es chinchar a mis amigos madridistas. Hasta aquí, fin del disclaimer.
La campaña iniciada por el FC Barcelona para apoyar a Leo Messi, condenado a 21 meses de cárcel por delito de fraude fiscal, me parece de lo más vergonzoso que he visto últimamente. Y en el mundo del fútbol da bastante asco: con deportistas condenados por no uno ni dos sino tres delitos de abuso sexual, con tres jugadores de primera división implicados en un turbio asunto de abuso sexual de menores y prostitución y el Ministro del Interior al ser preguntado por el caso dice que confía que el escándalo «no afecte a la selección», que por lo visto es lo importante del asunto; con hinchas en las gradas del Betis que cantan en apoyo a un denunciado por violencia de género culpabilizando a la víctima: «Rubén Castro oé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien«, lo que al aludido le parece estupendo.
El mundo del fútbol da mucho asco.
Aunque hasta ahora los directivos de los clubes habían mantenido un prudente silencio cuando no unas tibias condenas, nunca hasta ahora la propia dirección de ningún club se había desmarcado pidiendo a sus seguidores que apoyen públicamente a un condenado. Me parece el colmo de la desvergüenza y de la impunidad de esta panda de multimillonarios que se ganan la vida jugando a la pelota y que creen que pueden hacer lo que les de la gana. Porque de hecho pueden hacerlo, por el clima de tolerancia social hacia tropa de niñatos consentidos. Un medio tan poco sospechoso como la Revista GQ comentaba esto sobre la «chulería» de Cristiano Ronaldo:
Este espectáculo del fútbol nuestro genera millones porque lo sostienen, entre otros, estrellas que levantan a miles de personas en los estadios (…) Una celebridad multimillonaria de 27 años no es una persona normal se ponga Iniesta como se ponga; lo anormal es querer ser uno más. Si quieres ser uno más y no tienes estudios coges la paleta y te pones a trabajar, no llenas un estadio haciendo virguerías con un balón.
Exacto. Genera millones y esos millones compran voluntades. No son uno más. No somos tú yo. Tú yo yo no somos Cristiano Ronaldo y tú y yo no somos Leo Messi. Tú y yo no tenemos más de 4 millones de euros para defraudar a Hacienda, no vamos por ahí agrediendo a mujeres y encima nos vitorean por ello. No sé si tú violarías a mujeres borrachas si pudieras, o si defraudarías a Hacienda también si tuvieras ocasión. Yo sé que yo no lo haría.