Me genera una profunda tristeza la gente que da consejos intentando ayudar, sin darse cuenta de que ignoran lo que implicaría seguir ese consejo, o que puedan estar perjudicando en lugar de ayudando. Y sí, va por los gratuitos «¡denuncia, mujer!» como si denunciar fuese la cosa más fácil del mundo.
No lo es. Es un proceso MUY duro, MUY largo, MUY doloroso, durante el cual tienes que enfrentarte a mil situaciones que harán que te rompas por dentro, necesitas estar preparada psicológicamente y tener una gran fortaleza para llevarlo adelante.
No lo hagáis. Dejad de recomendar tan a la ligera «¡denuncia, mujer!» y en lugar de eso informaos, preguntad a personas que hayan pasado por un proceso parecido, intentad comprender todo lo que implica. Y después de eso, valorad la relación coste/beneficio de denunciar. Plantéate antes de aconsejar a la ligera si estaríais dispuesto a pasar por eso si te ocurriera a ti. Imagina cómo te sentirías, intenta ponerte en su piel. Y entonces, solo entonces, hablemos. La última mujer asesinada en Sevilla había denunciado, todo el mundo decía que «esto se veía venir» pero la policía emitió un informe de «riesgo no apreciado» y le denegaron la orden de alejamiento. Y para colmo el ayuntamiento después, en el comunicado de condena, no se le ocurre nada mejor que alabar la heroicidad de aguantar el maltrato en silencio. ¿Animar a denunciar para que te dejen desamparada y con un maltratador rabioso en la calle? Por no mencionar lo machacante del proceso. De verdad, ahorraos los consejos.
Yo no soy partidaria de recomendar denunciar, de hecho soy cero partidaria de dar consejos así como política general. Porque no sabes si la mujer estará preparada para afrontar un proceso largo y doloroso que implicará revivir todo lo ocurrido y ser cuestionada de forma permanente, y tampoco sabes si tiene los recursos y la red de seguridad suficiente para escapar mientras él no esté detenido. La última mujer asesinada en Sevilla había denunciado, la policía apreció “riesgo inexistente” y le denegaron la orden de alejamiento. Mientras las administraciones públicas no se tomen el tema en serio y adopten medidas, no podemos animar a las víctimas a denunciar y luego dejarlas desamparadas.
Aconsejar denunciar y ya solo genera frustración e impotencia en quien está explicando una situación de maltrato, de abuso, de acoso… ante todo, Denunciar tiene que servir para algo más que para hacernos perder tiempo, energía y dinero. Denunciar tiene que servir para algo más que para hacernos sentir doblemente ultrajadas y humilladas.
De hecho, tengo la teoría de que cuando decís «¡denuncia, mujer!» lo que queréis decir en realidad es «cuéntaselo a alguien a quien le importe y a mí déjame en paz«. Creo que aconsejar denunciar a alguien que está contando una situación de maltrato o de abuso sufrida solo sirve para calmar vuestras conciencias, para creer que estáis haciendo algo por la víctima. Lo siento: no es así, la estáis hundiendo aún más en la mierda con vuestra ligereza. Le estáis dando a entender que su problema tiene una solución facilísima y que es lerda por no darse cuenta: pues te vas a comisaría y denuncias en vez de quejarte, tonta, que eres tonta, ¿cómo no te has dado cuenta de la solución con lo fácil que era? Y aún más, la estáis culpando de forma implícita por no hacerlo, por no haber denunciado, obviando que demostrar ante un juez una situación que ha ocurrido sin testigos quizá no es tan sencillo como pensáis.
Y no, tampoco digáis cosas como «si me pasara a mí le dejaría a la primera«, o «si mi pareja me toca un pelo, la hostia se la devuelvo». No, por favor. Antes de esa primera hostia hay mucho machaque psicológico detrás, cuando decís este tipo de cosas lo que transmitís a las víctimas es que son débiles por no defenderse, que son imbéciles por no largarse. Con lo fácil que es, vosotros que tenéis la solución a todo, ¿cómo es que ellas son tan tontas que no ven la salida y permanecen junto a su maltratador? ¡Lárgate! ¡Devuélvele la hostia! ¡Denúnciale! Qué fácil lo veis todo vosotros que no habéis pasado por ello.
Por favor, si queréis ayudar, mejor callad, escuchad y apoyad. Dejad de dar consejos a la ligera. Basta. No tenéis una solución sencilla, y es más que probable que en lugar de ayudar esteis hundiendo aún más a la víctima y vuestros consejos sean contraproducentes. Ya está bien.