‪Dicen que las feministas estamos amargadas, resentidas y llenas de odio.‬ Curioso porque yo no he visto más amargura, resentimiento y odio que en los grupos de misóginos‬. Es entrar en foros como burbuja o misandria y te das cuenta de que todo ese resentimiento y odio contra las mujeres solo es la forma que tienen de gestionar su soledad y su amargura mediante la violencia.

Aquí 5 ejemplos buscar mucho. Lo que veo entre toneladas de misoginia es tristeza, amargura, soledad, depresión, resentimiento, rencor… no saben gestionar todas esas emociones, carecen de habilidades sociales, son incapaces de la más mínima autocrítica, y lo canalizan en odio y violencia contra las mujeres.

 

Yo en estos mensajes veo odio, resentimiento, rencor, tristeza, depresión, soledad… Veo personas muy amargadas, solas, tristes, resentidos contra las mujeres y con muchas ganas de ejercer violencia en todas sus manifestaciones: física, psicológica, sexual e incluso patrimonial.

Es tanto su odio, rencor y resentimiento que no dudan en perder el tiempo creándose cuentas de twitter únicamente para insultar. Aquí un ejemplo de una persona que se crea cuentas periódicamente y se dedica a lanzar un tuit tras otro con el único fin de insultarme. Su repertorio es bastante limitado: gorda, fea, no te quiere nadie, solo te aguantan tus perros. Y hoy ha añadido un nuevo insulto a su repertorio: además soy (o fui más bien) una cornuda. Y otra persona que se dedica a seguir a todas esas cuentas creadas únicamente para insultarme y a favoritear los tuits insultándome. Cuenta creada para insultarme, en menos de una hora ya tiene su follow y sus tuits guardados en favoritos por este personaje. Yo creo que hay que estar muy amargado, resentido y lleno de odio para dedicar tanto tiempo a insultar a una persona que te cae mal.


No descansan ni por Navidad…

O se dedican a crear cuentas fake fingiendo ser yo para poder hacer capturas de tuits absurdos y decir que los escribí yo. Para ser una feminazi odiahombres, tienen que crearse una cuenta falsa fingiendo ser yo para poder tener tuits en los que parezco una feminazi odiahombres. Muy normal todo.

 

Por si todo esto fuera poco, por ni no fuera suficiente el atosigamiento al que nos someten, el marcaje que me hacen… Ahora además se suma la censura en redes sociales que practica Facebook. Me consta que desde hace unas semanas desde distintos colectivos pro-custodia compartida se han organizado para reportar perfiles de activistas feministas y contenidos en las páginas que administran. No es algo que me haya ocurrido a mí sola. Y los contenidos que nos han bloqueado son de lo más curiosos porque al parecer «contiene lenguaje que incita al odio», «contienen desnudos», contenido inapropiado o simplemente no cumplen las reglas de la comunidad de facebook. Algunos ejemplos de contenido que nos han reportado y que Facebook considera que no cumplen con las reglas de la comunidad.

 

Y facebook ha actuado como suele hacer: aliándose con el machismo y cerrándonos la página de Facebook con casi 150.000 fans.

 

 

Pero no queda aquí la cosa, es que también me han reportado mi cuenta por no usar mi nombre real (¿hola?), he tenido que enviar un DNI y estoy a la espera de que Facebook responda para devolverme mi cuenta. DOS VECES en una semana.

«Perico Piturrino Polakis te ha reportado por no usar tu nombre real y por incitar al odio y la violencia». Ahá. Ok.

¿El criterio por el que miden el «odio al hombre»? Mensajes como este. Hay que ver lo sensible que tienen algunos el radar para detectar el odio (?) que les tenemos, y lo que les cuesta ver las agresiones que recibimos nosotras:

En cambio, estos son algunos de los comentarios que nos han dedicado cuando hemos abierto una nueva página. Para nada violentos, ni incitan al odio ni nada como puede apreciarse claramente:

Por supuesto, los machistas organizados están que dan saltos de alegría, claro. Aquellos resentidos, amargados, llenos de odio que se organizan para reportar publicaciones tan inofensivas como las anteriores están encantados con que Facebook atienda a sus reportes.

 

 

 

 

Porque ya que no nos pueden tener calladas, nos quieren invisibilizadas. Por si fuera poco, el video del sentador de madres se ha viralizado de una manera espectacular y eso nos ha puesto en el punto de mira. Si ya nos tenían rabia y llevaban tiempo atacando en masa, que llegáramos a los dos millones de reproducciones entre facebook y youtube ha hecho que sus ataques se produzcan con mayor virulencia.

Supongo que es así como se lucha por los derechos de los hombres: silenciando a las activistas feministas.

De ahí que insista en la importancia de tener espacios donde seamos nosotras quienes controlemos el contenido y no dependamos de las denuncias organizadas o del control del contenido por parte de terceros. Porque nuestra fuerza no depende de unos pocos nodos fuertes, sino de nuestra fuerza conjunta. cada una de nosotras, cada una en la medida de sus posibilidades, con nuestras diferencias y nuestras incoherencias particulares, formamos parte de un movimiento que nos empodera a todas. Si tocan a una, nos tocan a todas. Pero si una cae, el grupo tiene el suficiente poder como para continuar adelante. No necesitamos líderes que nos pastoreen: Cada una, de forma individual, somos poderosas, pero juntas somos imparables.

El feminismo nos ha enseñado la importancia de no depender de terceros, de depender únicamente de nosotras mismas. Utilizar las redes sociales como herramientas para dar difusión a lo que creamos es genial, pero darles el control de nuestro contenido nos sitúa en una posición de vulnerabilidad frente a empresas como Facebook o Twitter, incluso tumblr o wordpress, que pasan a ser centrales en el momento en que son los titulares del contenido que subimos ahí: artículos, imágenes, cómics, fotos, meses… A partir del momento en que lo subimos, perdemos el control y nos ponemos en sus manos. Si reciben varias denuncias en poco tiempo de colectivos organizados, lo borran y adiós. De ahí que la existencia de webs donde todo el contenido creado es propiedad de sus autoras nos hace más fuertes.

En lo personal, he sido víctima de una denuncia puesta únicamente con el fin de difundirla para perjudicarme personalmente. Una denuncia que no ha llegado a nada, que es absurda, ridícula, que no tiene base ni fundamento. Pero da igual, ir a comisaría a denunciar cualquier ridiculez es un momento, y no tienes que pasar por el escrutinio del Grupo de Atención a la Víctima que parece creado exclusivamente para poner en duda a las mujeres que denuncian violencia de género. Una denuncia que ha sido puesta en cinco minutos con un pretexto ridículo, sin ninguna base y con el único objetivo de difundirla a través de redes sociales y de enviarla a los medios y colectivos con los que colaboro para que me veten. Añado que esa denuncia que me han puesto es tan ridícula que no ha llegado a nada, no se han abierto diligencias contra mí, ni siquiera se me ha llegado a notificar, yo no he ido a declarar por nada, no hay absolutamente NADA contra mí. Solo un papelito que están haciendo circular para manchar mi reputación y perjudicarme. Por supuesto hacer eso es ilegal y ya he tomado medidas.

Por 10 puntos: adivina qué feminista crítica, disidente, no dogmática, contraria a la censura, que se queja de que se creen bulos sobre ella mientras ella los inventa sobre mí, y que dice estar siendo acosada está colaborando con todo este ataque machista organizado… Pista: es la misma que dice que nos enriquecemos a costa de no pagar el trabajo de las colaboradoras.

 

 

Nos dicen que las feministas estamos resentidas, amargadas y llenas de odio contra los hombres. Lo que sentimos es rabia contra los machistas que organizan este ataque.