Cada vez que hablamos de la tolerancia social hacia la violencia de género y las agresiones sexuales, no falta quien nos viene con argumentos del tipo «eso será en tu casa«, «pues a mí no me educaron así«, «esas cosas ya no se dicen«, «yo nunca lo he oído«, etc. Estas afirmaciones son el equivalente a decir que el hambre en el mundo no existe porque yo ya he cenado, o que si yo no veo algo con mis propios ojos es que no existe.
Bueno, pues que tú no hayas prestado atención a algo no significa que ese algo no exista. Hace un par de días comentábamos cómo la violencia machista avanza entre menores. Y es que los jóvenes mantienen estereotipos sexistas que alimentan la violencia de género, y eso queridos míos no es algo que les nazca por generación espontánea, hay un substrato previo que lo favorece.
Este gráfico fue realizado en su día por el periódico Las Provincias con datos procedentes del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad sobre sexismo y violencia sexual entre adolescentes. Atención a los porcentajes de algunas de las preguntas realizadas a ESTUDIANTES de educación NO UNIVERSITARIA, es decir chavales adolescentes, que explican que aún estemos como estamos:
- Si una mujer es maltratada por su compañero y no le abandona, será porque no le disgusta del todo esta situación: 23,2% están de acuerdo
- Cuando una mujer es agredida por su marido, algo habrá hecho para provocarlo: 23,8% están de acuerdo
- Para tener una buena relación de pareja, es deseable que la mujer evite llevar la contraria al hombre: 29,8% de acuerdo
La fuente es un estudio realizado por el Centro Reina Sofía sobre jóvenes y género titulado «el estado de la cuestión» (pdf 273 páginas). Los datos desagregados por género se pueden encontrar en el pdf adjunto, página 132, tabla 9.1
Los datos del informe también nos ponen sobre alerta sobre las herramientas de la juventud para identificar qué es y qué no es maltrato, lo cual explica que muchas situaciones que son maltrato no se denuncien y las víctimas no pidan ayuda hasta que ya es demasiado tarde, ya que no se identifican las señales de manera apropiada y carecen de herramientas para afrontarlo. Hasta tal punto están normalizadas determinadas situaciones. La columna con las respuestas «nada» o «poco» pone los pelos de punta.
¿En qué se materializa esto? En que las chicas sufren maltrato desde muy jóvenes y ni siquiera son conscientes de que todas esas conductas constituyen violencia de género.
¿De dónde pensáis que sacan los chavales estas ideas, si «eso ya no pasa«, «eso será en tu familia porque a mí me educaron en la igualdad» o «yo eso nunca lo he visto«? Pues de los mensajes que los chavales escuchan de los adultos de su entorno, ¿de dónde si no? Observad las preguntas 5, 6 y 7 y sus respectivas respuestas en las filas «a veces», «a menudo» y «muchas veces» y entenderéis a lo que me refiero.
5. Los celos son una expresión del amor: 75% de los adolescentes han escuchado esta frase a personas adultas.
6. Para tener una buena relación de pareja conviene que el hombre sea un poco superior a la mujer, en edad, en el dinero que gana… 25% de los adolescentes han escuchado esta frase a personas adultas.
7. Las mujeres deben evitar llevar la contraria al hombre al que quieren. El 20% de los adolescentes han escuchado esta frase a personas adultas.
Y ya no solo lo que escuchan a los adultos a su alrededor, también los mensajes que reciben envueltos en una apariencia frívola inciden en esta idea de la sumisión de la mujer respecto al hombre, de no llevarle la contraria, de someterse a los deseos masculinos incluso en contra de su voluntad. Nos sorprendemos de que en 3/4 partes del mundo la violación dentro del matrimonio no esté legalmente penalizada, pero es que cuesta tanto identificar la violación dentro de la pareja que incluso publicaciones frívolas como esta de la imagen la promueven. ¿Cómo esperamos entonces que las adolescentes identifiquen el maltrato y tengan las herramientas para denunciarlo ante su familia y pidan ayuda, si tenemos la cultura de la violación metida hasta el tuétano?
Se os llena la boca de decirnos que tenemos que dejarles «a la primera», cada vez que hay un asesinato machista os preguntáis cada «¿cómo no lo vio venir?» pero por otrolado os dedicáis a restar importancia a pequeñas y grandes señales de alerta, normalizando comportamientos tóxicos que acaban degenerando tarde o temprano en violencia de género ante la que giráis la cara y cerráis los ojos porque no va con vosotros: son cosas de pareja, los trapos sucios se lavan en casa, yo no quiero meterme, no es cosa mía, que lo arreglen entre ellos, todas las parejas discuten… Y así, pasito a pasito, es como se acaba asesinando a su mujer estrellándole la cabeza contra la tapa de la cisterna sin que ningún vecino oyera nada.
Si para terminar con el machismo y con la violencia de género hay que empezar por educar a las nuevas generaciones, lo estáis haciendo de puta pena.
No se está educando. Muy poco. Los resultados futuros seràn nefastos.
Queria preguntarte sobre el esccrito(3/4 parte del mundo la violación dentro del matrimonio no está penalizada) creo tanto como tu en que debería castigarse una violación pero como puede demostrarse ese delito abusivo, no creo que no se quiera solucionar más bien que es tan complejo de demostrar que ni encuentran una solución al problema.Es uno de los muchos problemas que encontramos pero sobre todo como persona y para extender tu mensaje quería saber como se podría solventar este error judicial de manera imparcial dado que nos encontramos con el caso de palabra contra palabra.Muchas gracias
¿Sabes que hay delitos en los que basta el testimonio de la víctima, siempre que cumpla una serie de requisitos (que sea verosímil, coherente, sostenido en el tiempo, que no exista ánimo de venganza, etc.) praa condenar? Por ejemplo, en casos de robo. Ahí tienes una vía.