Estoy observando con atención a ese colectivo que dice «la zorra de mi ex me puso una denuncia falsa». Hace un mes decían ser víctimas de un sistema hembrista, de una justicia feminazi, de una ley que le da la razón automáticamente a la mujer y te meten en la cárcel sin pruebas solo por ser hombre… Ya sabéis: «todo el mundo está en mi contra, todo el mundo es malo menos yo«.
A raíz del caso Juana Rivas, esos mismos tipos que se manifestaban delante de los juzgados como perros rabiosos afirmando que los juzgados de violencia sobre la mujer son en realidad trituradoras de hombres… ahora de repente todos se muestran firmes partidarios del sistema judicial, dicen que hay que respetar las sentencias, que no vamos a saber más nosotras que los jueces, y que el diagnóstico del equipo psicosocial es inapelable. Muy bien.
¿Y sabéis lo que veo detrás de eso? Veo a un montón de maltratadores diciéndoles a sus ex parejas:
«Denúnciame que me la suda. Aunque me condenen, te quitaré a los niños ¿y qué vas a hacer luego? ¿Vas a hacer como Juana Rivas? ¿Vas a huir del país y vas a vivir toda la vida escondida? Cuando te encuentren te meterán en la cárcel y entonces sí que no vas a volver a ver más a tus hijos. ¿Eso es lo que quieres? Eh, zorra, ¿es eso lo que quieres?»
Ese es el mensaje que cala cuando los medios de comunicación afirman que Juana Rivas ha sido detenida (está en libertad provisional sin fianza) y es el mensaje que les llega y que sienten en la piel, en todas las terminaciones nerviosas, aquellas mujeres que han pasado por una relación de violencia y abusos con niños de por medio, lo verbalicen de forma explícita sus maltratadores o no.
Un maltratador nunca será un buen padre. La Justicia, incluso después de aprobada la Ley Integral Contra la Violencia de Género, ha fallado sistemática y estrepitosamente en proteger a las mujeres víctimas de la violencia machista. En este caso va aún más allá en su habitual dejadez, en su antológica desidia, para enviar un mensaje a los maltratadores alto y claro: «no os preocupéis que las zorras de vuestras ex no os van a joder más».
Mañana, cuando otra mujer sea asesinada hallada muerta a manos de su ex pareja, venís a soltarme otra vez el rollo de «¡denuncia, mujer!«. Rectifico: esta mañana en Cáceres ha «muerto» otra mujer, «tras sufrir una agresión» parece que por su expareja, que ha sido detenido. ¿Otro caso de un pobre hombre víctima de una muerte falsa por una agresión falsa de una exmujer que se inventa una puñalada falsa y luego se muere ella sola para joderle la vida al pobre, y le detienen sin pruebas tan solo por ser hombre? Mmmmm…
Ante esta situación, solo nos queda tejer redes de cuidados y autoprotección, cuidarnos entre nosotras. Juana está en mi casa. Y miles de mujeres lanzamos ese mismo mensaje al unísono porque sabemos que, de haberse dado la situación, lo habría estado. Como ha estado en mi casa quien ha necesitado refugiarse de la violencia en su hogar, y como he estado yo acogida en casa de otras personas cuando tuve que huir y a quienes estaré eternamente agradecida. Juana está en mi casa, y todas las Juanas tienen en mi casa el espacio seguro que necesitan cuando la justicia ha fallado en protegerlas.
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Me da verdadero asco que el sistema judicial funcione así en España. Luego nos inundan con publicidad contra la violencia machista, pero cada una de ellas lucha sola contra la ley.