El amor romántico es una cárcel para las mujeres. Los roles de género en las relaciones heteroafectivas.

Este artículo es un breve resumen de un artículo académico en el que estoy trabajando, y que relaciona una serie de conceptos clave: amor romántico, matrimonio, estructura social, legislación lesiva para la integridad de las mujeres, divorcio, psicología, salud mental, feminismo y lesbianismo político.

Autora: Andrea de Santis
Autora: Andrea de Santis

Resumen

El amor romántico en el contexto de las relaciones monógamas heteroafectivas es, como el género, un constructo social de factura relativamente reciente, que interactúa con los roles de género para erigirse en cárcel sin barrotes para las mujeres occidentales.

Introducción

Podemos definir el amor romántico conforme a 4 criterios: idealización, erotización del otro, deseo de intimidad y expectativa de futuro (Jancowiak, 1995).

En nuestro contexto sociocultural, el matrimonio no siempre estuvo vinculado al amor romántico. No es hasta principios del siglo XIX cuando surge la conexión entre los conceptos de amor romántico, matrimonio y sexualidad que, en las sociedades occidentales, ha llegado hasta nuestros días. En Europa da inicio a un cambio en la situación de la mujer, que ahora ya es capaz de elegir con quién compartir su vida afectiva.

Sin embargo, el matrimonio por amor y las relaciones heteroafectivas en general distan mucho de ser un espacio seguro para las mujeres. La violencia física, sexual, económica y psicológica dentro de la pareja ha perseguido a las mujeres a lo largo de la historia pese al cambio de paradigma, el progresivo empoderamiento femenino y las sucesivas revoluciones sexuales.

Matrimonio, amor romántico y estructura social

Tal y como reseña Esperanza Bosch Fiol en el estudio «Del mito del amor romántico a la violencia contra las mujeres en la pareja» para la Universidad de les Illes Balears (Ferrer Pérez, 2008):

En las sociedades con mayores niveles de igualdad de género habría menos diferencias entre hombres y mujeres en la importancia asignada a los recursos económicos y a la realización de tareas de cuidado como criterios para elegir a la pareja (Eagly, Alice H. y Wood, W., 1999).

No podemos desdeñar el papel de la psicología en el imaginario colectivo, al describir a las mujeres como seres emocionales, sensible, frágiles y necesitadas de protección. Esta socialización jerárquica potencia rasgos psicológicos socialmente construidos sobre los estereotipos de la masculinidad y la feminidad, bajo el pretexto del sexo biológico.

La presión social y los mitos asociados al amor romántico que construyen la socialización heteroafectiva de las mujeres, influyendo en su permanencia en relaciones abusivas, afectan negativamente a su salud por un lado sintiéndose vacías y fracasadas sin una relación con un hombre que dote de sentido sus vidas, y atrapadas y deprimidas en relaciones insatisfactorias por otro. (Esteban & Távora, 2008).

Tal y como demostraron Mari Luz Esteban y Ana Távora en su estudio cualitativo El amor romántico y la subordinación social de las mujeres: revisiones y propuestas (op. Cit.), la revisión crítica de los mitos del amor romántico desde un punto de vista feminista incide positivamente en la salud mental de las mujeres.

En la revisión crítica de estos mitos han contribuido significativamente, entre otras, las académicas feministas Coral Herrera, Marcela Lagarde, Rosa Cobo, Silvia Federici y el ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género Miguel Lorente.

Afirma Lorente que quien bien te quiere no te hará llorar… ni te maltratará, ni te matará (Triviño, 2017), una revisión crítica del aforismo tradicional “quien bien te quiere te hará llorar”. La académica Coral Herrera revisa el papel de los hombres en las relaciones heterorománticas atendiendo a esta socialización jerarquizada y diferenciada:

Lo más peligroso del amor romántico es la idea de que es una guerra en la que todo vale. Si en la amistad existen unas reglas, en el amor hay una falta de ética total. Por ello, las parejas se ocultan información o se mienten. Especialmente los hombres, que necesitan defender su libertad y aprenden, rápidamente, que se puede tener todo a la vez (esposa y amantes) siempre y cuando lo oculten (Triviño, 2017)

Con relación a la desigualdad económica, Herrera resalta el papel subordinado de las mujeres al haber sido relegadas tradicionalmente a un rol dependiente del varón proveedor.

No solo la dependencia económica constituye un obstáculo para las mujeres a la hora de establecer relaciones libres e iguales. La dependencia emocional y la normalización de la violencia son dos eslabones más de la cadena que impide a las mujeres escapar de relaciones abusivas. La filósofa Montse Barderi (opc. Cit) alude a otros mitos del amor romántico que nos esclavizan:

El amor todo lo puede, el más alto sacrificio significa lograr el amor, es el amor de mi vida, sin su amor no hay nada, no podré vivir sin él o ella, etc…  

Mientras que Miguel Lorente teoriza sobre cómo la violencia se ejerce no con el objetivo de infligir dolor o provocar ciertas heridas, sino con la intención de controlar y dominar, como una prerrogativa masculina normalizada hasta tal punto que la ley ha amparado hasta épocas muy recientes la violencia dentro del matrimonio como correctivo que el marido podía ejercer sobre su esposa (Lorente Acosta, 2012).

En este contexto social, pese a que las estadísticas de divorcio indican que casi 7 de cada 10 matrimonios acaban en divorcio (Rius, 2016) y que el dos tercios de los procesos son iniciados por mujeres (Rosenfeld, Who wants the Breakup? Gender and Breakup in Heterosexual Couples, 2017), esta sigue siendo una salida emocionalmente traumática y costosa para las mujeres socializadas en estos mitos del amor romántico, teniendo que convivir con la sensación de fracaso y enfrentarse a la soledad y la sensación de vacío existencial referidas en el estudio de Esteban y Távora (2008), pues supone la caída de varios mitos muy arraigados como son que el amor todo lo puede y el mito de la media naranja o alma gemela. En esa nueva etapa debemos aprender a convivir con la idea de que somos naranjas completas, y una revisión crítica con perspectiva de género de estos mitos socialmente aceptados nos ayuda en ese proceso.

Autora: Andrea de Santis
Autora: Andrea de Santis

Bibliografía

  • Dion, K.K. y Dion, K.L. (1993). Individualistic and collectivistic perspectives on gender and the cultural context of love and intimacy. Journal of Social Issue, 49(3), 53-69.
  • Eagly, Alice H. y Wood, W. (1999). The origin of sex differences in human behavior. American Psychologist, 54, 404-423. .
  • Esteban, M., & Távora, A. (2008). Identidades de género, feminismo, sexualidad y amor: Los cuerpos como agentes. Universidad del País Vasco.
  • Ferrer Pérez, V. A. (2008). Del mito del amor romántico a la violencia contra las mujeres en la pareja. Madrid: Instituto de la Mujer.
  • Jancowiak, W. (1995). Introduction. En W. Jancowiak, Romantic passion. A universal experience? (págs. 1-19). New York: Columbia University Press.
  • Lorente Acosta, M. (2012). Mi marido me pega lo normal. Barcelona: Editorial Planeta.
  • Rius, M. (11 de 05 de 2016). La Vanguardia. Obtenido de En España se producen casi siete rupturas por cada diez matrimonios: http://www.lavanguardia.com/vida/20160511/401719329516/natalidad-divorcio-matrimonios-evolucion-de-la-familia-en-espana.html
  • Rosenfeld, M. J. (2017). Couples, Who wants the Breakup? Gender and Breakup in Heterosexual. Department of Sociology, Stanford University.
  • Rosenfeld, M. J. (2017). Who wants the Breakup? Gender and Breakup in Heterosexual Couples. Department of Sociology, Stanford University. Obtenido de Woman.es.
  • Triviño, A. I. (13 de 02 de 2017). Cinco falsos mitos del amor romántico. Obtenido de Publico.es: http://www.publico.es/sociedad/san-valentin-cinco-falsos-mitos.html
  • Ubillos, Silvia y Barrientos, Jaime. (2002). Relaciones interpersonales, atracción y amor. Buenos Aires: Psicología social (pp. 201-222).

2 Repuestas a “El amor romántico es una cárcel para las mujeres. Los roles de género en las relaciones heteroafectivas.”

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