El pasado 17 de enero, Gonzo entrevistó para la Sexta en su programa Salvados al Vicepresidente Pablo Iglesias. El análisis que hago yo de la entrevista: es desleal, no hay una relación de confianza entre los socios de gobierno, el autoconcepto que tiene Pablo Iglesias de sí mismo está a mucha distancia de lo que sus palabras revelan, no me creo esa pose de ingenuidad que se resume en en el momento en que declara que no se esperaba que las presiones del poder político y mediático fuesen tan grandes, como si Iglesias fuese un militante recién llegado a su primera experiencia política, y no un doctor en ciencias políticas y profesor universitario que conoce perfectamente los informes sobre la calidad de la democracia de la Fundación Alternativas y la conceptualización del poder como recurso y como relación.
Su estrategia se resume en fingir autocrítica mientras le echa la culpa de todo lo que no se ha hecho al PSOE, lo que me lleva a desconfiar de él y de su partido.
La excusa de los 35 diputados no cuela a partir del momento en que declara que son los 35 diputados de Schrödinger: lo mismo sirven para justificar que no se está haciendo lo suficiente en áreas sociales de emergencia, que para argumentar que han conseguido cosas nunca vistas en este país. Tienen 35 diputados, sí, y también varios ministerios, y una vicepresidencia. Esos 35 diputados les han llevado hasta el Consejo de Ministros.
Si, había presiones para que esos «peligrosos bolcheviques» no llegaran al Gobierno, pero ahora que están ahí ya no dan miedo a nadie. Todo lo más pueden provocar algún temor a una tímida subida de impuestos, a la subida del salario mínimo… Pero es que lo que llevaban en su programa electoral era la Renta Básica Universal, un cambio de paradigma del trabajocentrismo, ese modelo que pone en el centro de la vida la jornada laboral y organiza todos nuestros horarios alrededor de ella: el tiempo de descanso, de cuidados, de ocio, todo el tiempo pivota alrededor del tiempo de trabajo, que es además el mecanismo de inserción social por antonomasia. La Renta Básica Universal venía a cambiar ese modelo, a poner los derechos sociales asociados a la ciudadanía y no al estatus laboral, y en su lugar nos tenemos que conformar con una subida del salario mínimo que vuelve a ser rendirse al trabajocentrismo como único modelo válido, y con el ingreso mínimo vital que es una chapuza administrativa, un infierno burocrático y un fracaso político.
No me sorprende lo más mínimo que Podemos en general, y Pablo Iglesias en particular, no hayan sido capaces de construir una relación de confianza con su socio de gobierno, y en su lugar hayan construido un gobierno de coalición basado en las relaciones de poder. A lo largo de toda la entrevista se dedica a culpar al PSOE de todo lo que no se ha hecho, a acusar a Pedro Sánchez de querer congelar el salario mínimo, al PSOE de no estar a favor del ingreso mínimo vital, a la ministra de economía de comprar el discurso de la patronal inmobiliaria, a fingir una autocrítica más falsa que un duro de madera… y encima sostiene que nunca hablaría mal en público de un compañero de gobierno, y se reafirma en que Podemos está preparado para callarse las discrepancias y establecer una posición común a la que ser leales. No me creo nada.