Es posible que hayáis leído recientemente la noticia de una señora que fue multada en la Ronda de dalt, al ser cazada por un radar conduciendo a casi 300km/h en una zona de 60.

Os explico brevemente lo que ha pasado con esto, por qué la concejala de movilidad del ayuntamiento de Barcelona, Rosa Alarcón, está prevaricando a conciencia, y por qué el ayuntamiento de Barcelona dirigido por Ada Colau usa las multas de tráfico como vía de financiación encubierta probablemente ilegal.

Resumen breve: radar de la Ronda de dalt caza a una señora a 298km/h en un tramo de 60. Multazo al canto y -6 puntos de carnet. Hasta ahí, todo correcto. De hecho, si acaso lo que me sorprende es que solo le hayan quitado 6 puntos cuando, con el código en la mano, esa infracción conllevaría retirada del carnet y pena de cárcel de 3 a 6 meses.

El artículo 379 del Código Penal, estipula que «el que condujere un vehículo de motor o un ciclomotor a velocidad superior en setenta kilómetros por hora en vía urbana o en ochenta kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años».

En este caso, si el límite en ese tramo era 60, a partir de 140 ya sería delito y estamos hablando de más del doble de esa velocidad. Ya podemos ver la primera cosa que no encaja en esta multa.

Pero es que además el coche en cuestión no pasa de 220km/h, dejando al margen la habilidad de la conductora ya que en ese tramo ni Fernando Alonso podría conducir a casi 300 por hora sin estamparse contra una columna de los túneles.

La señora presenta un recurso a la multa y entre las alegaciones adjunta la ficha técnica del vehículo. Respuesta de Rosa Alarcón: enviarle la carta plantilla habitual. Que el radar está bien calibrado, que hay foto y que se calle y pague. El sota, caballo y rey de su concejalía. Ni siquiera se han leído las alegaciones del recurso presentado. Nunca lo hacen. Se ventilan todas las alegaciones con la misma carta plantilla, y a chuparla.

Aquí ya nos encontramos con DOS PROBLEMAS:

  1. Que el ayuntamiento es juez y parte. Es quien multa, quien recauda y quien decide admitir o no los recursos presentados. No acepta ni uno. Ni se los leen. Carta plantilla y aire.
  2. Que las multas son una vía de financiación municipal encubierta, de vital importancia para un ayuntamiento con una deuda de 780 millones pese a acabar el 2019 con superávit.

Y aquí está el gran problema con el que se encuentra ahora Rosa Alarcón, y por eso no le van a quitar esta multa absurda a la señora: si admite que ese radar está mal calibrado, detrás de ella van todos los que han sido multados, no solo en el mismo tramo, sino en la misma vía, por todos los radares calibrados por la misma empresa. Y estamos hablando de MILLONES DE EUROS en multas que el ayuntamiento recauda a través de la concejalía de movilidad que dirige Rosa Alarcón con mano de hierro. Silvia Casorran, asesora del área de movilidad, ya lo admitía hace unos meses, que las multas son una muy buena fuente de ingresos para el ayuntamiento.

Así que hasta que la DGT no meta mano en esto y las multas dejen de ser una vía de financiación municipal encubierta y probablemente ilegal, mientras los propios ayuntamientos sigan siendo juez y parte, seguirán las multas sin motivo justificado y seguirá la indefensión ciudadana.

Si esto no es prevaricación y financiación municipal probablemente ilegal, ya me explicaréis qué es lo que es.

Actualización

Finalmente se ha impuesto el sentido común (relativamente) y el ayuntamiento de Barcelona ha accedido a retirar la denuncia absurda (que ya ha sido pagada y sancionada con retirada de 6 puntos del carnet, recordemos, cuando lo procedente con el manual en la mano habría sido retirada de carnet inmediata de 1 a a 4 años). Pero la cosa no se queda ahí, porque en palabras de Rosa Alarcón, «van a revisar los protocolos para que no vuelva a suceder». Los protocolos están tan automatizados en cuanto a la gestión de multas y recursos se refiere, que prácticamente funcionan como una cadena de montaje industrial, se ventilan todos los recursos sin ni siquiera leerlos, con la misma carta plantilla que tiene 3 argumentos, y que son los mismos que le dieron a esta señora: que el radar «está bien», que hay foto, y que te calles y pagues. Los recursos de las multas no se atienden de manera individualizada, se despachan de forma automatizada, esos son «los protocolos» de la concejalía de movilidad que Rosa Alarcón se ha comprometido a revisar ante la evidencia de que no han funcionado.

Lo que sé yo, lo sabe Rosa Alarcón y lo que sabe todo el ayuntamiento de Barcelona, es que utilizan las multas como vía de financiación y que “revisaremos los protocolos” significa lo mismo que cuando responden a los recursos sin leérselos mediante una carta plantilla: “todo está bien” y a tomar por culo. Pues de eso nada. Ha quedado demostrado que «todo está bien» no es cierto, y es lo que han respondido a miles de recursos sin verificar absolutamente nada.

“Revisaremos los protocolos”, tal y como yo lo entiendo, significa por lo menos que algún ser humano capacitado SE LEA LOS RECURSOS que les llegan, y no ventilárselos con una carta plantilla. Si ese radar ha fallado una vez, habrá fallado más veces, y no se han tomado la molestia de comprobarlo en ninguna hasta que ha sido evidente.

Que el ayuntamiento sea juez y parte, que la misma institución que multa sea la que recauda y la que tenga que admitir o no los recursos y las alegaciones, provoca indefensión ciudadana. Hasta que no es evidente como en este caso, Y SE LLEVA A LA PRENSA, porque si no tampoco, la ciudadanía no tiene defensa. La señora de la noticia recurrió dos veces, y las dos veces el ayuntamiento le dijo que se peine. Era tan evidente que su abogado tenía clarísimo que irían a juicio, que esto no se iba a quedar así. Y no ha sido hasta que no ha saltado a los medios de comunicación por las características del caso (señora de 73 años cazada a 300 por hora en zona de 60), nadie se ha tomado la molestia de atender las reclamaciones de la señora, hasta que no se ha formado un revuelo mediático alrededor del casi nadie en el ayuntamiento la ha tomado en consideración. ¿Es o no es indefensión ciudadana?

¿Cuántos casos hay que no llegan a prensa? ¿Cuántas multas han sido interpuestas por un radar mal calibrado que el ayuntamiento se ha negado a revisar? ¿Cuántos recursos no han sido atendidos, y han acabado directamente en la papelera, porque nadie se ha molestado ni siquiera en leerlos? ¿Cuántas alegaciones han sido despachadas con un «todo está bien, paga y calla» de forma fraudulenta? ¿Cuántas multas no ya a 300 por hora, pero sí a 100, o a 90, han sido puestas también de forma errónea, y la ciudadanía no tiene forma de alegar y verificar que la medición sea cierta, porque el ayuntamiento bloquea sistemáticamente esa opción? ¿Cuántos millones ha ingresado el ayuntamiento de Barcelona de forma fraudulenta a costa de la indefensión de los conductores?

Espero que Rosa Alarcón y el departamento que dirige den respuesta a esta preguntas, ahora que dicen que se van a poner a «revisar los protocolos».

Ya te digo yo que, sin presión ciudadana y sin presa que investigue y que ejerza su labor de fiscalización del Gobierno en tanto que Cuarto Poder, ese «vamos a revisar los protocolos» se quedará en una frase para la prensa, y todo seguirá como hasta ahora.

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