«STOP Feminazis» y el acoso a Rocío Carrasco

No me sorprende ni un poquito los de esa asociación de defensa de maltratadores que es «STOP Feminazis» rodeen a Rocío Carrasco y la hostiguen con sus carteles cuando se presentó en el juzgado por una nueva demanda de su ex y era previsible que el lugar estuviera de prensa hasta la bandera. Su testimonio ha removido mucho en muchas familias, por eso llevan semanas intentando pararlo, incluso recogiendo firmas. Que se hayan incrementado en un 42% las llamadas al 016 en la primera semana de emisión de su testimonio en televisión, no es un hecho casual.

La intención no es acosar a Rocío Carrasco, sino aprovechar su proyección mediática para colarse en las casas donde su testimonio ha removido conciencias.

No es un mensaje para ella: es un mensaje para todos ellos, es su forma de decirles “no estáis solos”.

Me llamo Jéssica, nací en el 81 y vivo en Barcelona. He estudiado Marketing y Ciencias Sociales. Meto la pata con frecuencia y no me duele cambiar de opinión. Un poco demasiado feminista según casi todos los hombres que conozco. Me ponen de mal humor los lunes sin café, los que comparten su música del móvil con todo el mundo por no usar unos malditos auriculares, los hombres machistas, las mujeres machistas, la gente que fuma sin preguntar si molesta, y las personas que creen que la ignorancia y la estupidez son cualidades admirables.

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