Igualdad ha filtrado el último borrador del proyecto de ley sobre salud reproductiva en el que está trabajando el Ministerio de Irene Montero, porque esa es su forma de funcionar. Filtran el contenido de un borrador para generar debate, testear la respuesta social, y luego o bien no lo llevan adelante, o bien lo que finalmente aprueban está completamente descafeinado. Haciendo un recuento rápido de los globos sonda de los proyectos en trámite lanzados por el Ministerio de Igualdad hasta ahora tenemos:
- El primer borrador de la ley trans, que dio para muchos análisis pero finalmente quedó en nada.
- El segundo borrador que unía la ley trans con la de derechos LGTBI que fue un acuerdo con el PSOE y aún continúa su largo periplo hacia el Congreso de los Diputados pese a que Errejón les adelantó por la izquierda.
- La ley del «solo sí es sí», en la que En Comú Colau ha aprovechado para meter una enmienda que legalice el proxenetismo, pero solo cuando sea de buen rollito.
Por no mencionar el fiasco del Ingreso Mínimo Vital, que dieron a entender que sería una especie de renta básica universal que luego no lo fue, porque esto ya implica al gobierno en pleno y no solo al Ministerio de Igualdad.
Corregidme si me equivoco. Creo que el único gran proyecto que ha llevado adelante Igualdad en esta legislatura ha sido la ley integral de protección a la infancia, que entró en vigor el verano pasado. Esta ley integral, entre otras cosas, permitía a los jueces retirar cautelarmente el régimen de visitas a aquellos progenitores de quienes se tuviera sospechas de maltrato, ya fuera por estar inmersos en un procedimiento sobre violencia de género, por violencia doméstica, por existir denuncias previas o cualquier otra circunstancia para que el juez pudiera suspender las visitas activando ese mecanismo tantas veces olvidado que es el interés superior el menor. Y es un mecanismo olvidado porque precisamente se enmarca en un contexto en el que los jueces consideran que el interés superior del menor es siempre y en todo caso mantener el contacto con su padre. Incluso aunque el padre esté cumpliendo condena en la cárcel por haber asesinado a su madre, los jueces consideran que mantener el contacto y las visitas es beneficioso para las criaturas, por eso no se activa ni aunque lo pidan las víctimas. De hecho, la ley integral de protección a la infancia entró en vigor en junio del 2021, y ese pasado mes de abril de 2022 en Valencia el padre que asesinó a su hijo a cuchilladas tenía custodia compartida. Lo que alegan en el juzgado que estableció custodia compartida para el presunto asesino, es que nadie les había informado que en otra sala de probablemente el mismo edificio de la Ciudad de la Justicia, ese hombre había sido condenado por maltrato. Porque los juzgados de familia y los juzgados de lo penal siguen sin ir coordinados, algo que las víctimas llevan reclamando años.
Pero me voy por las ramas. Yo quería hablar del borrador filtrado de la nueva ley de salud sexual reproductiva, que es una modificación de la Ley Orgánica 2/2010, que el PP tiene recurrida en el Constitucional. La consulta pública para la elaboración de este proyecto estuvo abierta el año pasado, del 28 de septiembre al 12 de octubre. Desde entonces, ha avanzado el trabajo para la elaboración de la nueva norma hasta culminar en el borrador del anteproyecto que se ha adelantado esta semana a los medios de comunicación y que al parecer va camino del Consejo de Ministros. Llegados a este punto, dos han sido principalmente los aspectos del borrador que tienen al facherío patrio, como se dice vulgarmente, como puta por rastrojo: la posibilidad de que las mujeres con menstruaciones especialmente dolorosas e incapacitantes puedan cogerse la baja, y la recuperación de que las menores de 16 y 17 años puedan abortar sin autorización paterna, como ya constaba en la ley aprobada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero y que fue eliminada por Ruiz Gallardón.
No voy a comentar todavía el anteproyecto de ley, porque hasta el martes (en teoría) no se llevará al Congreso de Ministros, y una vez allí ya sí podremos conocer oficialmente su contenido. Lo que quiero comentar son los dos motivos principales de indignación ante lo que se ha filtrado a los medios de comunicación.
En primer lugar, la baja laboral por menstruaciones dolorosas. Cualquier dolor incapacitante, como por ejemplo una ciática, es motivo más que justificado para una baja laboral. Pero, por algún extraño motivo (spoiler: misoginia), al parecer una regla especialmente dolorosa se ha interpretado como unas vacaciones pagadas de 4 o 5 días al mes. Se nos dice que ibuprofeno y a producir, que el sistema capitalista no se sostiene solo. Se nos instruye durante toda nuestra infancia y adolescencia en la idea de que la regla es un proceso fisiológico que hay que esconder. En el instituto nos pasamos los tampones y las compresas como si fuesen tabaco de contrabando, en los anuncios de la tele la regla es de un misterioso color azul. Y si duele, pues es lo que hay, eres mujer, ¿qué esperabas?
Si duele tanto que resulta incapacitante, de entrada no consideramos que exista un problema, sino que los imputs que recibimos es que somos unas flojas, unas débiles que no aguantamos nada. El mundo no se para porque tú tengas la regla, tómate un ibuprofeno y en marcha. Así, en ese contexto, es lógico que trastornos que causan un tremendo dolor asociado a la regla como la endometriosis tarden una media de 6 años en ser diagnosticados, porque partimos de la idea de que la regla duele, es normal que duela y tú te quejas por vicio.
Me gustaría pensar, y os lo digo complemente en serio, que las bajas por reglas extremadamente dolorosas repercutieran en una mayor investigación de enfermedades como la endometriosis. Ya que la salud de las mujeres no ese algo prioritario, al menos si a lo que afecta es a los beneficios de las empresas, entonces sí se pongan las pilas.
Se nos dice que esta medida repercutirá negativamente en la contratación de las mujeres. Sí, probablemente todas esas empresas que ya preguntan de forma ilegal si tienes criaturas o si tienes intención de embarazarte, también incluyan información sobre la duración e intensidad de la menstruación en sus cuestionarios de selección de personal. Recordatorio amistoso de que no solo es ético sino también legal MENTIR ante esas preguntas. Y luego, que te despidan si lo descubren, a ver qué alegan.
De todas formas, el mayor problema no es tanto las preguntas en las entrevistas de trabajo, como la idea de que se descartarán sistemáticamente los perfiles de mujeres en los procesos de selección. Un motivo más para anonimizar los procesos de selección, a ver cuándo se ponen con esto en el Ministerio de Trabajo. Yolanda, espabila, que ya vas tarde.
Personalmente, no creo que las bajas por menstruación dolorosa o dolor incapacitante repercutan en el descarte de perfiles femeninos en los procesos de selección de personal. Porque, de hecho, es algo que ya ocurre, y la propia presidenta de la patronal, Mónica de Oriol, nos lo dijo abiertamente: ella, en sus empresas, no contrata mujeres de entre 25 y 45 años, porque si se quedan embarazadas le hacen una putada. Así que la penalización laboral de las mujeres por el mero hecho de serlo es algo que ya ocurre, no es algo que esta medida vaya a provocar, y en cualquier caso sería un argumento a favor de las inspecciones laborales, no a favor de recortar derechos.
Y el otro gran tema que tiene soliviantado al facherío es el del aborto. No únicamente del aborto en las menores de 16 y 17 años, que volverán a poder hacerlo sin autorización paterna. Esto ya de por sí les pone los pelos de punta, porque socava la autoridad del pater familias a fiscalizar todas las decisiones de su propiedad, que es lo que consideran que son sus hijos, y en especial sus hijas. Es que cuestionan el derecho al aborto a cualquier edad y en cualquier condición (excepto si tienes los medios necesarios para irte a Londres un fin de semana y fingir que ibas de compras).
«Si no quieres ser madre siempre puedes dar a la criatura en adopción». Oigan, que un embarazo no es como comprarse un bolso, tiene profundas implicaciones tanto físicas como emocionales. No te digo ya las posibles secuelas del parto. El cuerpo de la mujer les resulta complemente indiferente.
Cuando se les interpela apelando a la falta de madurez de chicas de 16 o 17 para ser madres, te responden que si son maduras para follar también lo son para asumir las consecuencias de sus actos. Y esto me parece especialmente interesante porque conceptualizan la maternidad como un castigo a un comportamiento inapropiado. «Si eres madura para 15 minutos de placer, también eres madura para toda una vida de sacrificios» no suena muy equilibrado precisamente.
Desde posiciones pro-elección se intenta dialogar con los fuerza-partos recordándoles que hay casos de malformaciones congénitas, violaciones, etc. Decirles que los métodos anticonceptivos a veces fallan no les mueve ni una ceja, porque saben que existe la píldora del día después. El hecho de que sean precisamente desde posturas próximas al movimiento antiaborto quienes dificultan el acceso en farmacias y hospitales a este método de emergencia parece que no va con ellos. Tampoco se sienten concernidos por el bloqueo sistemático a la educación sexoafectiva en colegios e institutos, aunque sean quienes ponen el grito en el cielo cada vez que se plantea. Sin información, no es posible tomar decisiones con madurez y criterio.
Pero hay un tema que está muy relacionado y que no estamos incorporando al análisis: el rechazo masculino al preservativo, y cómo tíos adultos buscan sistemáticamente ligar con adolescentes sobre las que ejercen un notable abuso de poder. Empezaré por el segundo punto.
Que a tíos adultos, de veintitantos o treintaypico, les guste ligar con adolescentes, es algo que ni siquiera escandaliza de lo normalizado que está. El último escándalo de los youtubers que ligaban con chicas adolescentes nos permitió asistir a una defensa encarnizada de estas prácticas. Ni siquiera se esconden, lo defienden abiertamente, y solo cuando la edad de ellas cruza la línea de la preadolescencia es cuando empiezan a sonar las alarmas. Entre los argumentos que esgrimen sin ruborizarse es que les admiran porque ellos tienen independencia económica, ellas tienen poca experiencia sexual y eso les permite a ellos malearlas a su gusto, etc.
Esa diferencia de poder hace muy fácil el chantaje emocional. La adolescencia está caracterizada por la falta de experiencia, por la voluntad de transgredir las normas y de explorar los límites. Eso es consustancial a la edad. Bien, pues en ese contexto cualquier tío adulto sabe perfectamente cómo presionar a una adolescente para que acepte follar sin condón. ¿Cómo le vas a negar sexo a tu novio, un tío adulto, aunque tú tengas 15 o 16 y aún no estés preparada para mantener relaciones sexuales? Imposible. La gama de argumentos que te va a dar nos la sabemos todas de memoria, Naim Darrechi solo explicitó una de las posibles estrategias (quitárselo sin pedir permiso y después fingir que es estéril):
- Pensaba que eras más madura para tu edad.
- Mi ex lo hacía.
- Es que se me baja.
- Es que no puedo correrme.
- Es que no siento nada.
- Tranquila, que yo controlo.
Y ante ese asedio, ¿os sorprende que chicas de 15 o 16 años, enamoradas e inexpertas, cedan al chantaje de sus novios adultos? A mí ni un poquito. Podéis hacer hincapié si queréis en las violaciones o los métodos anticonceptivos que fallan, pero el principal motivo de los embarazos adolescentes es la negativa de los señores a usar condón. Como ella además es sexualmente inexperta porque ya las buscan así, no tienen ningún miedo a posibles enfermedades de transmisión sexual, y si ella se queda embarazada alegarán que no es suyo, que a saber a cuántos más se habrá follado, y chimpún.
Así que no me creo la postura provida, o antiaborto de los fuerza-partos. Me lo creería si fuese acompañada de una propuesta de educación afectivo-sexual que fuese más allá de una hora al año en clases de la ESO que les enseñara a poner un preservativo a un plátano. Me lo creería si no pusieran el grito en el cielo cuando se plantea la educación sexual desde la infancia, con información adaptada a su edad. Me lo creería si su postura antiaborto fuese acompañada de una crítica a los señores que presionan a adolescentes para follar y que no quieren usar condón, en vez de una censura mojigata a las niñas que no cerraron las piernas. Mientras tanto, no: no me los creo.