«Más tonto que un obrero de derechas». Sobre el sindicato de VOX: Solidaridad. Especial 1º de Mayo

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Después de ver el vídeo de la diputada de VOX en la Asamblea de Madrid, Ana María Cuartero, entrevistada por Estado de Alarma en la manifestación de transportistas, algo me chirriaba. Pese a que el sindicato «Solidaridad» estaba presente, e aspirante a auxiliar administrativo en la Secretaría de Estado de Comunicación (me niego a considerarlo «periodista» porque lo que hace ese medio no es prensa: en camorrismo) la introduce diciendo que no hay ningún sindicato en la manifestación. Y ella, que está allí en calidad de portavoz del sindicato, también huye de la palabra «sindicalista», afirmando que los sindicatos no están presentes, hace tiempo que han abandonado a los trabajadores, y «solo queda Solidaridad».

Solidaridad se supone que es el sindicato de VOX. Una organización sindical montada para poder capitalizar el descontento social desde posiciones de ultraderecha. Pero no es un sindicato de clase, es un sindicato amarillo, un sindicato vertical fundado sobre el corporativismo, sobre la idea de que patronal y plantilla tienen los mismos intereses y por tanto deben trabajar unidos superando los conflictos. Por eso en un primer me pareció raro que huyeran de la etiqueta «sindicato» en esta entrevista.

Creo que es un error considerar a VOX como una panda de analfabetos funcionales. Se repite mucho el mantra de que no hay nada más tonto que un obrero de derechas. No sé cómo será su electorado en los estratos sociales más desfavorecidos, pero ya os digo que la caricatura, a nivel de cúpula dirigente, no ayuda lo más mínimo. Porque los estrategas de VOX, de tontos no tienen un pelo. Y partiendo de esa premisa, no hacía más que darle vueltas a la idea de por qué fundan un sindicato que rechaza la palabra «sindicato».

Y la conclusión a la que he llegado es que están haciendo malabarismos intentando capitalizar el descontento social sin a la vez hacer crecer la protesta sindical, manteniendo el conflicto en los márgenes que ellos marcan.

  • ¿Te imaginas la bomba que sería para la izquierda, que se extendiera la idea entre los obreros de derechas de que «no todos los sindicalistas son unos vendidos»?
  • ¿De que «no todos los sindicatos están comprados por el gobierno»?
  • ¿De que hay sindicatos que sí trabajan por los derechos de los trabajadores?
  • ¿De que un sindicato es un espacio válido en el que resolver los conflictos entre plantilla y patronal, en vez una organización a la que rechazar?

VOX no puede permitirse que esas ideas calen, porque su sindicato no está pensado para esos fines, así que rehúyen la palabra «sindicato» salvo para criticar a los que no están, desmarcándose de una categoría que no consideran propia. De ahí que tengan sumo cuidado en la política de comunicación de «un sindicato que (dicen) defiende a los trabajadores de España», para evitar que su propia herramienta cree el caldo de cultivo apropiado para volverse en contra de los intereses para los que fue creado.

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