En esa fosa séptica que es twitter, hay gente que se pasó una buena temporada de jajas porque han descubierto que hay gente que piensa que la ciudad de 15 minutos consiste en que no les van a dejar salir de sus barrios sin autorización. Gente a la que literalmente YA no les dejan salir de sus barrios (en coche sin pegatina) sin autorización, salvo fines de semana o noches entre las 8pm y las 7am.
Dile a alguien a quien ya no le dejan salir de su barrio con su coche sin pegatina salvo autorización pagando 3€ y un máximo de 5 veces al año, que la planificación urbanística en el 2030 consistirá en tener todos los servicios a 15 minutos para que no tenga que coger el coche, y conectará la línea de puntos sin ayuda.
– Millenials: «¿Pero cómo puede haber gente que se crea que no les van a dejar salir de sus barrios sin autorización? ¡Menuda tontería!»
– Also millenials: «No, lo siento, en ese coche viejo no puedes salir de tu barrio. Tienes que pedir un permiso especial, pagar una tasa…»
Literalmente nos han colocado un código de barras en el parabrisas y han llenado las calles de cámaras para controlar los movimientos de nuestros vehículos. ¿Cómo de metida en el culo hay que tener la cabeza para sorprenderse HOY de que haya gente que sienta que vive en 1984?
Algunos aún tenemos muy fresca en la memoria la imagen de la pandemia siendo combatida con patrullas de carreteras, que literalmente no te dejaban salir de tu barrio. ¿En serio os preguntáis de dónde viene la conspiranoia de los 15 minutos? ¿Lleváis en coma los últimos 10 años?
El trumpismo conectando con los miedos de una clase obrera depauperada, mientras la izquierda patinete no es que no conozca los problemas de su presunto electorado, es que hace bandera de no conocer ni el nombre de sus vecinos. Luego que si neorrancios, que si rojipardos.
«Lo de que la gente piense que les van a encerrar en sus barrios no lo vi venir».
Pues chico, no sé dónde estabas cuando literalmente nos encerraron en nuestros barrios. O cuando marcaron nuestro status socioeconómico con un código de colores que determina si podemos o no salir.
El mapa de la ciudad de los 15 minutos en España: el 90% de los hogares tiene cerca colegios y hospitales, pero seguimos lejos del trabajo.
Fuente: Eldiario.es
LO VAIS PILLANDO. Las restricciones circulatorias afectan a los expulsados del centro por el precio de la vivienda. Por eso me río yo de este tipo de mensajes de “ciudades donde todo está a 15 minutos andando”. Y una mierda. Ciudades que expulsan a los pobres a las rodalias, y les pretende cobrar un peaje por venir a ensuciar su maravillosa capital de herederos y rentistas.
Un menor de 30 años no podría alquilar en solitario en Cataluña y Baleares aun destinando todos sus ingresos; en Madrid y Canarias apenas le quedaría un pellizco para otros gastos.
Fuente: 5Días
Me da la sensación de que el artículo equipara comunidad autónoma con capital de provincia, y eso da una media poco representativa. Y aleja el foco del problema. El centro es caro, carísimo, desfasado. Vivienda asequible hay, pero lejos, y ahí hablamos de movilidad, transporte… Mi hipoteca, en Catalunya pero a 30km de la capital, no llega al 12% de mi sueldo. Me descolocan esos mensajes de “los jóvenes tienen que dedicar el 90% de su suelo para vivir en tal comunidad autónoma”, porque a la que sales de la capital, la desviación estándar debe ser cercana a 1. La comunidad autónoma no es solo la capital de su provincia más poblada, mirad a ver si os sacáis la cabeza del culo un rato aunque sólo sea por variar.
Hay vida más allá del centro de la capital, os comento. Pero con frecuencia la relación de las segundas y terceras coronas metropolitanas con la capital implica vehículo privado o dedicar un 25% de tu tiempo a desplazamientos en lugar del 80% de tus ingresos a la vivienda.
Así que mira, podéis reíros todo lo que queráis de la conspiranoia alrededor de la ciudad de los 15 minutos, pero esa gente expulsada de las grandes capitales, obligada a moverse en vehículo privado para ir a trabajar o dejarse un tiempo que no tiene hacinada en el transporte público de la que os reís y a la que insultáis, acabará votando el equivalente nacional del trumpismo. Y lego vendrán los lloros.