Cuando hablamos de normas sociales, hablamos de valores culturalmente dominantes en una sociedad determinada. En ese sentido, pese a que el número de hogares monoparentales no hace más que crecer, los matrimonios de descender, el porcentaje anual de divorcios se mantiene estable entorno al 60%, y que el 50% de las personas que conviven en pareja desde hace más de 10 años reconozcan haber sido infieles al menos una vez, la norma social impone la vida en pareja como signo de “normalidad”, y promueve el matrimonio como el modelo que lo formalice.