La guerra no es contra el vehículo de combustión: es contra el vehículo privado en general. El uso del espacio público que ocupa el vehículo privado está siendo cuestionado, por ejemplo, independientemente de la tecnología que lo mueva. El debate ya no es vehículo a combustión frente a vehículo híbrido o eléctrico, ya hemos pasado de pantalla, estamos en otra fase. El debate hoy es vehículo privado frente a transporte público + movilidad activa (camina, pedalea, bici, patinete).
En Barcelona ya está prevista la prohibición del aparcamiento en superficie en 2035 para todos los vehículos privados, de la tecnología que sea. Ni zona azul, ni zona verde, ni zona multicolor: todos los vehículos privados guardados en parking privado bajo tierra si quieren aparcar, y punto. No hay espacio público destinado a aparcar el vehículo privado, ya sea a gasolina, a GLP o a pilas. Y para circular, cada vez menos.
El vehículo eléctrico también está en el lado malo de la historia, pero sus propietarios aún no lo saben. Cuando se den cuenta de que también van a por ellos, y que solo están alargando la agonía felices porque creen que están salvando el planeta con la electrificación, para entonces ya será demasiado tarde.
Lo digo siempre que veo a la gente haciendo cálculos sobre “si todos tuviéramos coche eléctrico, cómo lo haríamos, etc”. No quieren que todos tengamos coche eléctrico, la premisa es equivocada porque para empezar no quieren que todos tengamos coche. Hasta que no entendamos eso, todos los análisis y todas las propuestas estarán equivocadas.